Las protestas del movimiento Ocupar Wall Street tienen como objetivo, obviamente, a Wall Street, es decir, a los bancos gigantes. Y las protestas del movimiento Ocupar la Reserva Federal, lideradas por Alex Jones, los Oathkeepers y otros conservadores, se dirigen contra la Reserva Federal. (Esto es un simplificarlo demasiado, porque en realidad, muchos conservadores y gente que quiere poner fin a la Reserva Federal forman parte de las protestas de Ocupar Wall Street y Frenar a la Reserva Federal es una de las plataformas centrales de Ocupar Wall Street)
Mientras que algunos están tratando de debilitar a estos dos movimientos a través de una estrategia de "divide y vencerás", la verdad es que son dos caras de una misma moneda. En concreto, los bancos corruptos, esos gigantes nunca habrían llegado a ser tan grandes y poderosos por su propia cuenta. En un mercado libre, los bancos más pequeños con modelos de negocio más sólidos serían cada vez mayores, mientras que los gigantes que hicieron temerarias apuestas especulativas quebrarían.
Son la Reserva Federal, el Tesoro y el Congreso los que en repetidas ocasiones han rescatado a los grandes bancos, se han asegurado de que hacen dinero a expensas del contribuyente, exentos de los estándares de contabilidad y las leyes penales que rigen el fraude y oprimen al mas pequeño, y les han animado - a través del "peligro moral" de llegar a ser aún más temerarios.
De hecho, el gobierno les hizo grandes primero. Como ya señalé en 2009:
Como el profesor de economía del MIT y ex economista jefe del FMI Simon Johnson señaló, la posición oficial de la Casa Blanca es que:
-El gobierno creó a los bancos mega-gigantes, y no son el producto de la libre competencia del mercado.
-Los bancos gigantes son buenos para la economía.
Y dado que los 12 bancos de la Reserva Federal son privados, los gigantescos bancos tienen una enorme influencia en lo que hace la Reserva Federal. De hecho, los bancos principales de Nueva York controlan la Reserva Federal de Nueva York, que es el banco mas poderoso de la Reserva Federal. De hecho, Jamie Dimon - el jefe de JP Morgan Chase - es un director de la Reserva Federal de Nueva York.
Cualquier intento por parte de la izquierda de decir que el libre mercado es malo del todo malo y que el gobierno es bueno del todo es ingenuo y contraproducente.
Y cualquier intento por la derecha de decir que debemos dejar solos a los bancos gigantes, porque eso es el libre mercado, están equivocados.
La Reserva Federal y los bancos gigantes son parte de una única relación maligna, simbiótica. Los conservadores y los liberales deberían unirse en la ruptura de ambos.
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