Teherán, Irán. IRNA. 4 de julio de 2008
El presidente del Parlamento iraní, Ali Lariyani pronunció un discurso en la noche del jueves en un homenaje a Ahmad Motevasselián en el Salón del Ministerio del Interior de Irán. Lariyani consideró que el problema actual del régimen de Tel Aviv es una crisis de legitimidad: “El régimen sionista no ha podido nunca procurarse un método para legitimizarse”.
Lariyani presentó a Motevasselián como modelo de pensamiento islámico, y lamentó que el mundo actual no conciba correctamente el martirio, y atribuyó a esta falta de comprensión que los medios de comunicación ofrezcan de “tales prototipos de virtud y dignidad” imágenes que corresponden mejor a sus dueños. “Que los medios occidentales denominen al Hizbulá de Líbano o a Hamás de terroristas muestra lo ajenos que son a un mundo diferente y a sus ideas”.
El presidente de la cámara baja iraní acusó a Israel de ser un régimen “problemático” en la región y que en las últimas décadas ha provocado que no hubiese sosiego en Oriente Medio.
Lariyani se refirió a las conferencias organizadas por Estados Unidos e Israel para instaurar la paz en la región para sentenciar que “todos los que participaron en la Conferencia de Annapolis e incluso los líderes de los países árabes, que se asociaron por las presiones de EE.UU., creen hoy que fue un fracaso, y es hoy un cadáver político”.
El ex diplomático entró a valorar los motivos del fracaso de la conferencia de Annapolis, considerando que “todo régimen ha de tener en sí mismo una base para su legitimidad, o en caso contrario se desintegrará o bien encontrará problemas en las relaciones internacionales”. Lariyani advirtió de que “incluso si el mundo entero lo apoya, se convertirá en un factor de tensión para sí mismo y los demás”. Y juzgó que el régimen sionista “no ha podido nunca procurarse una vía de legitimidad”.
Tras definir a Israel como un “régimen racista”, Lariyani observó que el racismo es para la opinión pública mundial de hoy algo “fracasado y desagradable”, y que por ello puede deducirse que el problema del régimen sionista es intrínseco, ya que “se basa en la superioridad del pueblo judío respecto a los demás”, concepción que es “incompatible con la opinión pública mundial”.
“Si la República Islámica de Irán se opone al régimen sionista”, razonó, “es porque es un régimen vano, y aunque se celebren otras diez conferencias y cumbres, y se engañe a los árabes, el problema resurgirá desde el interior”.
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