Autor: Yusuf Fernandez
En el 12 día de la revolución, la oposición de Bahrein organizó después de las plegarias del viernes una manifestación gigante en memoria de los siete mártires, víctimas de la sangrienta represión lanzada contra el movimiento de protestas por parte de las fuerzas de seguridad del reino en la Plaza de la Perla.
Agitando banderas de Bahrein, miles de manifestantes exigieron el cambio del régimen. Muchos llevaban pancartas en las que afirmaban que no aceptarán “ningún diálogo con aquellos que asesinan a los ciudadanos a sangre fría”.
Las fuerzas policiales estuvieron ausentes mientras que un helicóptero sobrevolaba la Plaza de la Perla.
Los manifestantes reclamaron una monarquía constitucional y no una religiosa, afirmaron fuentes próximas a la oposición. Esta reivindicación fue reiterada por el secretario general de la asociación islámica Al Wifaq, la principal fuerza de la oposición, en una entrevista con la cadena de televisión iraní Al Alam.
Por su parte, Sheij Issa Qassem declaró durante la Oración del Viernes que no habrá diálogo con las autoridades sin garantías, en un momento en el que otros jefes religiosos dudan de la seriedad del gobierno en su diálogo con la oposición.
Otro religioso, Abdel Yalil al Moqdad, declaró en una declaración dirigida a los manifestantes: “Queremos un régimen parlamentario y democrático, un régimen en el que el Parlamento sea elegido por el pueblo y pueda formar el gobierno”.
Según los expertos políticos en el país, la determinación de los jóvenes de Bahrein es la que ha obligado al gobierno a realizar grandes concesiones.
Por su parte, el diputado del grupo parlamentario de Wifaq, la principal fuerza política de la oposición, Yassin Hussein, ha estimado que las autoridades se verán obligadas a realizar muchas más concesiones en el futuro.
La oposición, dominada por los shiíes, pide reformas profundas, incluyendo la creación de una monarquía constitucional “real”, un estado libre y la liberación de los presos políticos.
Para contener la revuelta, el príncipe heredero ha accedido ya a varias demandas de la oposición.
El príncipe ha ordenado la retirada del Ejército y las fuerzas de seguridad del centro de Manamá y la liberación el miércoles de decenas de detenidos políticos shiíes.
“Estas medidas van en la buena dirección y favorecen el diálogo para sacar el país de la crisis,” estimó el jefe de Wifaq, Abdul Yalil Jalil Ibrahim.
“Sin embargo, una salida de la crisis no puede hacerse a través de medias soluciones,” añadió el representante de la oposición, que reclama “la dimisión del gobierno responsable de la muerte de los ciudadanos”.
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