Defensores de los derechos de los inmigrantes acusaron hoy al gobierno de Israel de prácticas racistas y discriminatorias por lanzar una cacería de indocumentados africanos y repatriar a los primeros 127 sursudaneses en las últimas horas.
La Organización de Ayuda para Refugiados y Buscadores de Asilo en Israel (Assaf) trató de que la ONU se involucrara para detener la expulsión de los ilegales, básicamente sursudaneses y eritreos cuyos derechos humanos esenciales han sido violados, afirmó una portavoz.
Orit Rubin, miembro de Assaf, señaló que el calvario de los indocumentados subsaharianos demuestra que "Israel es el salvaje oeste donde ... nadie sabe que está ocurriendo y nadie sabe sus derechos".
Alertó que la actual situación de persecución, captura, confinamiento en centros de detención y deportación forzosa de indocumentados confirma que los africanos carecen de futuro en una sociedad como la israelí, "cada vez más hostil hacia ellos", acotó.
"Sin obtener derechos en Israel, sin políticas apropiadas y con una población israelí que es más y más temerosa de los africanos sólo por el hecho de que son africanos, y con toda la incitación (gubernamental a rechazarlos), la situación aquí es muy mala", sentenció Rubin.
Las autoridades de Tel Aviv embarcaron este lunes en el aeropuerto internacional Ben Gurion a 127 sursudaneses con dirección a Juba, la capital de su recién creado país, y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, advirtió ayer que "es apenas el comienzo".
La repatriación siguió a una semana de arrestos en distintos puntos del territorio, de donde fueron trasladados a centros de detención y luego a abordar el avión de retorno, como anunció el ministro israelí del Interior, Eli Yishai, líder del partido ultraortodoxo Shass.
Yishai alegó que la identidad judía y demográfica del Estado sionista estaba amenazada por la presencia de más de 60 mil africanos, sobre todo sudaneses y eritreos a los que Netanyahu llamó infiltrados ilegales y anunció que la próxima semana habrá otro vuelo a Juba.
Tras las detenciones, los sin papeles fueron obligados a firmar un documento de supuesta conformidad con la deportación, relataron algunos que, pese al malestar, declararon cierto alivio por dejar un lugar donde se incentiva el odio y el rechazo hacia ellos.
Según varios afectados, fueron emplazados a elegir entre irse con una oferta del gobierno de mil euros o ser encarcelados aquí, antes de terminar siendo repatriados por la fuerza.
Muchos indocumentados criticaron la medida y relataron el calvario sufrido durante meses para desplazarse hasta aquí, sorteando conflictos armados en su país, la vigilancia policial y militar de Egipto, y finalmente la peligrosa fronteras del Sinaí egipcio.
Source: Agencias
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario