Teherán, 15 mar (PL) Irán condenó hoy la presencia de fuerzas extranjeras en Bahrein y advirtió que la injerencia de Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Estados Unidos complicará aún más la situación en la pequeña isla del Golfo Pérsico.
"El pueblo de Bahrein tiene demandas legítimas que están siendo expresadas de manera pacífica. Cualquier tipo de violencia contra las demandas pacíficas del pueblo debe evitarse", subrayó el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní, Ramin Mehmanparast.
Mehmanparast insistió en que es "inaceptable" la interferencia extranjera en los asuntos internos de Bahrein y que esa actitud de países vecinos y otras potencias mundiales "complicará más las cosas, aumentará las tensiones" en la ya convulsa región.
En su habitual rueda de prensa semanal, el vocero afirmó que las visitas de funcionarios estadounidenses a Manama, en particular la realizada el pasado viernes por el secretario de Defensa, Robert Gates, fueron para brindar apoyo a una acción represiva contra las protestas.
Gates se reunió en la capital de Bahrein con el rey Hamad Bin Isa Al Khalifa y otros funcionarios y, según círculos diplomáticos regionales, concertó o dio el visto bueno al desplazamiento de unos mil militares sauditas y otros 500 emiratíes hacia la isla.
La República Islámica de Irán, apuntó el funcionario, espera que las autoridades de Bahrein atiendan las demandas de su pueblo mediante medidas apropiadas, y recuerda que "la presencia militar estadounidense en cualquier región ha conducido a menudo a reprimir a los pueblos".
Por lo mismo, Mehmanparast urgió a Washington a "respetar la democracia, reconocer los derechos de las naciones a determinar su propio destino y evitar instigar divisiones y violencia, así como despachar funcionarios militares a la región".
Igualmente, pidió a todos los países occidentales "rectificar su viciada postura hacia la democracia y los derechos humanos" y les advirtió de las consecuencias de "intervenir en los asuntos internos de un país y establecer bases militares".
Estados Unidos considera a Bahrein un aliado estratégico en la zona y tiene allí su quinta flota naval, lo cual explica el respaldo a las acciones para sofocar las revueltas chiitas iniciadas el 14 de febrero y que han causado al menos siete muertos y centenares de heridos.
Irán, donde predominan los musulmanes chiitas, ha criticado la represión policial contra la población de esa confesión que constituye cerca del 70 por ciento de los habitantes de la isla gobernada hace más de 200 años por una dinastía de la minoría sunnita.
En ese sentido, el portavoz de la cancillería reprobó el despliegue de hombres, armas y carros militares al amparo del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), integrado por seis países árabes de mayoría sunnita, incluida la familia Al Khalifa de Bahrein.
El Gobierno de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), que ahora preside el CCG, impulsó el envío ayer de uniformados con el alegado fin de "proteger instalaciones vitales como las petroleras, las eléctricas y las de agua, así como edificios financieros y bancarios".
También el bloque árabe del Golfo aprobó la semana pasada un fondo de 10 mil millones de dólares para Bahrein y otro similar para Omán, a fin de ayudar con proyectos sociales y de empleo que aplaquen el malestar popular y las protestas en los dos miembros menos prósperos.
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