Irán y Turquía no han cesado de aproximarse en los últimos años en el plano político y económico. Turquía se ha convertido también en un aliado de peso para los iraníes en las delicadas negociaciones nucleares.
El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, y su nuevo jefe de diplomacia Ali Akbar Salehi participarán el jueves en Estambul en una cumbre económica regional.
Esta visita tiene lugar mientras que Turquía, que juega el papel de intermediario entre Teherán y algunos países occidentales en el tema nuclear, ejercerá a finales de enero de anfitrión de las negociaciones entre Irán y el Grupo P5+1 (EEUU, Francia, Reino Unido, Rusia, China y Alemania) tras la reanudación de las negociaciones nucleares en Ginebra a principios de diciembre.
“Turquía es un país poderoso, con una notable posición estratégica y puntos ideológicos y culturales comunes con Irán,” dijo Salehi, subrayando que el fortalecimiento de relaciones con Turquía era una “prioridad”.
Considerada durante largo tiempo como un aliado estratégico e incluso militar de Israel en la región, Turquía se ha aproximado a los países árabes e Irán, en particular tras la ofensiva israelí contra la Franja de Gaza en diciembre de 2008 y tras el ataque de la Marina israelí contra la flotilla de ayuda humanitaria que se dirigia a la Granja de Gaza durante el cual nueve turcos, uno de ellos con nacionalidad norteamericana, fueron martirizados. Esto provocó una viva cólera en Turquía en contra de Israel.
En lo que constituyó un cambio significativo, Ankara retiró en agosto a Irán de la lista de estados que constituían una amenaza para el país.
El pasado 9 de junio, Ankara votó igualmente en contra de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que reforzaba las sanciones económicas internacionales contra Teherán. Previamente, Turquía y Brasil lograron un compromiso con Irán sobre el dossier nuclear, pero éste fue rechazado por las grandes potencias.
La aproximación entre Turquía e Irán, que cuentan entre ambos con más de 150 millones de habitantes, ha venido acompañada por el reforzamiento de las relaciones económicas y comerciales, que han alcanzado los 10.000 millones de dólares, según las cifras oficiales. Ambos países han acordado igualmente elevar dicha cifra hasta los 30.000 millones entre 2013 y 2015.
En septiembre último, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, hizo un llamamiento en favor de una “aproximación económica a Irán”, especialmente con la firma de un acuerdo de preferencia comercial, a pesar de las presiones occidentales.
Según la prensa iraní, Teherán quiere igualmente reforzar sus relaciones comerciales con Ankara para reducir la parte de los Emiratos Árabes Unidos en su comercio exterior, después de que los EAU impusieran restricciones bancarias en su comercio exterior con Irán tras la aprobación de las sanciones económicas internacionales.
Irán, que exporta ya entre 15 y los 18 millones de metros cúbicos de gas a Turquía, firmó un julio un contrato por valor de 1.000 millones de euros con una compañía turca para la construcción de un gaseoducto de 660 kms que permitirá exportar unos 60 millones de metros cúbicos de gas a Turquía y Europa de aquí a tres años.
En otro gesto particularmente significativo, Erdogan participó el jueves en Estambul en las ceremonias de Ashura -el martirio del nieto del Profeta Muhammad (PB)- en presencia de Ali Akbar Velayati, principal consejero para temas internacionales del Líder Supremo, Ayatola Sayyed Ali Jamenei.
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