La embajadora norteamericana, Maura Connelly, acortó su fin de semana con el fin de visitar al diputado Nicolas Fattush en Zahle y buscar su apoyo para nominar de nuevo como primer ministro a Saad Hariri. Su visita fue una clara indicación de que EEUU se está inmiscuyendo en los asuntos internos de Líbano en la víspera de las consultas parlamentarias, que han quedado aplazadas hasta el próximo lunes.
“Ellos afirman que no hay una injerencia de EEUU en los asuntos de Líbano o de la región. Por el contrario, ellos se están interfiriendo en todo, desde el Sur de Sudán hasta Zahle,” dijo el presidente del Parlamento, Nabih Berri, al diario An Nahar en declaraciones publicadas el lunes.
Berri describió la visita de Connnelly a Fattush el domingo como una “vergüenza” y dijo que la embajadora estaba demostrando que “ella se está interfiriendo en las consultas parlamentarias” y añadió que Fattoush “no abandonará fácilmente sus convicciones patrióticas.”
El parlamentario “conservará su conciencia política y nacional” y “no abandonará sus convicciones”, dijo Berri.
Tras su encuentro con Hariri ayer, Connelly dijo que los esfuerzos realizados por la Coalición del 8 de marzo para derrocar al gobierno libanés “sólo demuestran su propio temor y determinación para socavar la soberanía e independencia de Líbano”. Ella elogió también al Tribunal Especial para Líbano calificándolo de “proceso judicial internacional e independiente” en una declaración publicada por la Embajada de EEUU en Beirut.
Medios libaneses y extranjeros consideran, sin embargo, al TEL como una arma de EEUU e Israel dirigida a dañar a la Resistencia libanesa, algo que Washington y Tel Aviv no pudieron hacer durante la Guerra de Julio de 2006 lanzada contra Líbano.
almanar
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