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martes, 3 de noviembre de 2015

Hacia una inversión de la situación en el Medio Oriente

por Thierry Meyssan

La fase de la «primavera árabe» está llegando a su fin. El Kremlin y la Casa Blanca están perfilando ahora el «Medio Oriente ampliado». Pero el acuerdo que habían concluido antes de la intervención militar rusa en Siria pudiera verse modificado por el cambio en el equilibrio de fuerzas. Nada demuestra que Moscú aceptará la estabilización de Siria y que mirará para otro lado mientras se desarrollan los procesos de división de Turquía y de Arabia Saudita, que están por comenzar. En todo caso, el cambio radical que ya se anuncia viene a modificar la situación creada desde hace 5 años. Así que la mayoría de las potencias implicadas están tratando de cambiar de casaca antes que las demás.
Red Voltaire | Damasco (Siria) | 2 de noviembre de 2015
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La prensa, sea cual sea el país del que hablemos, está actualmente tan ocupada analizando con lupa la posición de su propio gobierno con respecto al Medio Oriente que pasa por alto las negociaciones globales entre la Casa Blanca y el Kremlin [1], lo cual la lleva a interpretar erróneamente los hechos secundarios. Para aclarar la actual agitación diplomática tenemos que volver al acuerdo de septiembre pasado entre Estados Unidos y Rusia.

La parte pública de ese acuerdo fue formulada por Rusia en un documento distribuido el 29 de septiembre en el Consejo de Seguridad de la ONU [2]. El documento indica que para restablecer la paz y la estabilidad en el norte de África y el Medio Oriente basta con
aplicar las resoluciones del Consejo de Seguridad –lo cual implica fundamentalmente la retirada de Israel hacia las fronteras de 1967– y
luchar contra la ideología terrorista –o sea, luchar simultáneamente contra la Hermandad Musulmana, creada por el Reino Unido y respaldada por Turquía, y contra el wahabismo propagado por Arabia Saudita.

Lo previsto inicialmente era que Rusia hiciese adoptar una resolución en ese sentido en la reunión del 30 de septiembre en el Consejo de Seguridad de la ONU. Pero, sólo una hora antes de la reunión, Estados Unidos se opuso [3]. Así que Serguei Lavrov presidió la reunión sin mencionar el proyecto. Aunque importante, este incidente debe interpretarse únicamente como un desacuerdo táctico que no debe impedir un acuerdo estratégico.

El 20 de octubre, el presidente ruso Vladimir Putin recibía en el Kremlin a su homólogo sirio Bachar al-Assad. Asistían al encuentro los ministros rusos de Defensa y Relaciones Exteriores, el secretario general del Consejo de Seguridad de la Federación Rusa y el jefe de los servicios secretos. La entrevista trató sobre la aplicación del plan ruso-estadounidense, incluyendo la del Comunicado de Ginebra del 30 de junio de 2012 [4]. El presidente Assad resaltó que él está siguiendo el contenido de ese Comunicado y, sobre todo, que ha integrado a su gobierno los partidos de oposición que así lo solicitaron, conforme a la descripción que contiene el Comunicado de lo que denomina como Órgano Gubernamental de Transición.

Después de verificar que ambos países interpretaban el Comunicado de Ginebra de la misma manera, Rusia y Estados Unidos decidieron meter en cintura a los Estados disidentes, o sea Francia, Turquía y Arabia Saudita. Conscientes de que la posición de Francia no está basada en intereses realistas sino únicamente en un sueño de carácter colonial y en el soborno que ha recibido su gobierno con dinero turco y saudita [5], la Casa Blanca y el Kremlin decidieron dedicarse únicamente a la fuente del problema, o sea: Turquía y Arabia Saudita. Así que el 23 de octubre, John Kerry y Serguei Lavrov recibieron en Viena a sus homólogos turco y saudita. No se publicó ningún texto final pero parece que Rusia amenazó a los dos invitados sin que Estados Unidos asumiera su defensa.

Temiendo que Rusia y Estados Unidos llegaran a un entendimiento en contra de Turquía y de Arabia Saudita, Francia convocó en París una «cena de trabajo», en vez de una «cumbre diplomática». Alemania, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, Italia, Jordania, Qatar, el Reino Unido y Turquía no «decidieron» sino que «abordaron» el futuro de Siria. El formato de esta reunión corresponde al del «Core Group» de los «Amigos de Siria», exceptuando a Egipto, que en secreto ya se puso del lado de Siria. Pero, dado que Francia no podía hacer otra cosa que invitar a Estados Unidos, la reunión no arrojó resultado. Este encuentro tampoco llegó a producir un texto final.

Finalmente, el 30 de octubre, Estados Unidos y Rusia reunían una asamblea más amplia que incluía a todos los países que habían participado en las dos reuniones anteriores más Egipto, China, Irak, Irán, Líbano, Omán, la Unión Europea y la ONU. La prensa habló muchísimo de la presencia de Irán –que desde el inicio del conflicto se había visto marginado de toda negociación– pero pasó por alto el regreso del Egipto del mariscal al-Sissi, anteriormente excluido por Francia pero que ahora regresa a la escena internacional gracias al descubrimiento de sus nuevas reservas de petróleo, así como la persistente ausencia de la principal potencia regional: Israel. La única explicación posible de esto último es que el Estado hebreo haya obtenido previamente la garantía de que podrá concretar uno de sus objetivos de guerra: la creación de un Estado colonial al norte de Siria.

A los participantes de la reunión de Viena se les invitó a que firmaran una declaración final que solamente los rusos y los iraníes se han tomado el trabajo de dar a conocer [6]. Esto está muy lejos de ser una casualidad ya que en ese documento se asienta en negro sobre blanco la derrota de los halcones estadounidenses. En efecto, en el punto 8 se indica que el «proceso político» –no el «proceso de transición»– será lidereado por los sirios y propiedad de los sirios y que el Pueblo sirio decidirá el futuro de Siria [7]. Esta insistente formulación invalida el documento de Feltman, que constituyó desde hace 3 años el objetivo de los halcones estadounidenses, de los franceses, de los turcos y de los sauditas: la capitulación total e incondicional de la República Árabe Siria [8].
El proyecto estadounidense sigue adelante a pesar del acuerdo con Rusia

Después de eso, lo siguiente debería ser, lógicamente, meter en cintura a Turquía, Arabia Saudita y Francia, lo cual pudiera hacerse perfectamente manteniendo la búsqueda de los objetivos iniciales de Estados Unidos.

En el caso de Turquía, la victoria del AKP en las nuevas elecciones legislativas del 1º de noviembre sólo agravará la guerra civil, que seguirá extendiéndose y desarrollándose [9] hasta la división del país en dos partes y la posterior fusión del Kurdistán turco, del Kurdistán iraquí y de un territorio árabe sirio ocupado por los kurdos de Siria y Estados Unidos. Ya en este momento, el YPG y Estados Unidos han conquistado juntos un territorio árabe en el norte de Siria. El YPG, que hasta el mes pasado recibía paga y armamento de Damasco, se ha vuelto ahora en contra de la República Árabe Siria. Sus milicianos invaden las localidades conquistadas, expulsan a los maestros árabes y decretan la kurdización forzosa de las escuelas. La lengua kurda, que se hablaba y se enseñaba en las escuelas, se convierte en lengua única y de uso obligatorio. Las milicias de la República Árabe Siria, principalmente los asirios, se ven ahora obligadas a utilizar sus armas para defender sus escuelas frente a sus compatriotas kurdos [10].

Por su parte, el rey Salman de Arabia Saudita se ve obligado a reconocer su derrota en Yemen, vecino al que invadió, oficialmente para respaldar un presidente prófugo, aunque en realidad lo hizo para explotar –con Israel– el petróleo de la llamada «cuarta parte vacía» [11]. Sucesivamente, los Emiratos Árabes Unidos y Egipto se retiraron de la coalición saudita. Los emiratíes decidieron retirarse después de sufrir importantes bajas entre sus oficiales. Los egipcios lo hicieron más discretamente, dejando las operaciones militares únicamente en manos de los israelíes. Los houthis, empujados hacia el norte por los bombardeos, han realizado incursiones en territorio saudita, donde han destruido varias bases aéreas y todo el equipamiento allí desplegado. Los soldados sauditas, casi todos extranjeros bajo uniforme del reino, han desertado en masa obligando al rey a emitir un decreto contra los militares que abandonan su posición. En aras de evitar un desastre militar, Arabia Saudita decidió entonces recurrir a otros aliados… y a la chequera. Así obtuvo de Senegal el envío de 6 000 hombres y de Sudán el envío de 2 000 más. Mauritania todavía sopesa si enviará o no un contingente. Se dice que el rey Salman ha recurrido también al ejército privado Academi (ex Blackwter/Xe), que estaría reclutando actualmente mercenarios en Colombia. El fiasco saudita es imputable directamente al príncipe Mohammed ben Salman, quien reclamó la iniciativa de esta guerra. El príncipe debilita así la autoridad de su padre, el rey Salman, y fortalece la oposición de los dos clanes actualmente excluidos del poder en Arabia Saudita, el del fallecido rey Abdallah y el del príncipe Bandar. Lógicamente, ese conflicto debería conducir a una repartición del poder entre los tres clanes, o sea a una posible partición del reino en tres Estados.

Sólo después de esos nuevos conflicto la paz volvería a la región, con excepción de la parte árabe colonizada por el nuevo Kurdistán, llamada a convertirse en nuevo vértice de los antagonismos regionales, en lugar de Palestina.

Sin embargo, incluso ya escrito, el futuro siempre sigue siendo incierto. La inversión de la correlación de fuerzas entre Washington y Moscú [12] podría modificar el acuerdo ya existente entre ellos.
Las ratas abandonan el barco

Mientras los malos perdedores anuncian sin pestañear que la intervención militar rusa en Siria no está dando los resultados que Moscú esperaba, los yihadistas que tratan de huir se repliegan hacia Irak y Turquía. El general Joseph Dunford, jefe del estado mayor estadounidense, reconoció el 27 de octubre –en medio de una audiencia ante el Senado– que en este momento la situación militar es favorable a la República Árabe Siria [13]. Por su parte, el Comandante Supremo de las fuerzas de la OTAN, general Philip Breedlove, declaró el 30 de octubre, durante una conferencia de prensa en el Pentágono, que es una simple atenuación retórica decir que la situación cambia día a día y que ahora amenaza la seguridad de Europa [14].

No queda otra solución que aceptar que la alianza entre los partidarios del caos y los partidarios de la recolonización no sólo va a perder la partida en Siria sino que, además, la alianza atlántica ya no puede seguir aspirando a la dominación global. Como consecuencia de ello, una inesperada inquietud conmociona las cancillerías, donde muchos comienzan a decir que ya es hora de lograr la paz… lo cual implica que hasta ahora pensaban de otra manera.

Los «cambios de casaca» que ya se anuncian sobre el tema de Siria tendrán como primera consecuencia la consagración del papel internacional de la República Islámica de Irán y de la Federación Rusa, dos actores que la prensa occidental presentaba –hace sólo 4 meses– como totalmente aislados y condenados a terribles dificultades económicas, dos potencias que ahora constituyen las primeras fuerzas militares –regional, en el caso de Irán, y global, en el caso de Rusia. La segunda consecuencia es que el presidente Assad se mantendrá en el poder, a pesar de las innumerables veces que se ha anunciado –a lo largo de los últimos 5 años– que «tiene que irse».

Ante ese contexto, la propaganda de guerra sigue repitiendo, sin inmutarse, que cuando no son los bombardeos rusos los que matan a los civiles, estos mueren como consecuencia de los bombardeos del ejército sirio, imputación “confirmada” por la madre de las organizaciones terroristas islámicas –la Hermandad Musulmana– a través de su Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).

La propaganda de guerra sigue repitiendo también que Rusia está deseosa de negociar porque la intervención militar le resulta onerosa –como si Moscú pudiera haber olvidado prever un presupuesto para ello durante el largo proceso de preparación de dicha operación. Siempre lleno de imaginación e inventiva, el director de la CIA, John Brennan, afirma por su parte que Rusia está preparándose para abandonar al presidente Assad, a pesar de que el presidente Putin en persona se reía de esa muestra de autopersuasión durante su reciente intervención en el encuentro del Club de Valdai.

En Francia, la rebelión comienza a extenderse a los medios políticos. Los 4 principales líderes de la derecha –Dominique de Villepin, François Fillon, Alain Juppé y Nicolas Sarkozy– han declarado, cada uno por su cuenta, que es absurdo buscarse la enemistad de Rusia y obstinarse en no reconocer la derrota sufrida en Siria. Pero Alain Juppé, que desempeñó un papel central en el inicio de la guerra, principalmente al firmar un tratado secreto con Turquía, sigue teniendo como objetivo final el derrocamiento de la República Árabe Siria… aunque sea más tarde. Del lado de la izquierda, varios líderes se plantean la posibilidad de viajar próximamente a Damasco.

El hecho es que los cambios previsibles han generalizado el pánico. Al extremo que Nicolas Sarkozy corrió a entrevistarse personalmente con el presidente Putin, como también lo hizo el vicecanciller alemán Sigmard Gabriel [15], quien se ha pronunciado por el fin de los diferendos y los rencores del pasado y ha llamado a reanudar el diálogo con Rusia.

Ya era hora…


Elementos fundamentales:
La Declaración de Viena del 30 de octubre de 2015 modifica el Comunicado de Ginebra del 30 de junio de 2012. En Siria no habrá «proceso de transición» ya que la República Árabe Siria ha ganado la guerra. Lo que habrá, en cambio, es un «proceso político» bajo control de las urnas.
La guerra en Siria debería terminar en los próximos meses, con excepción del norte, donde Estados Unidos e Israel tratan ahora de crear un Estado colonial independiente bajo control de los kurdos.
Hay nuevas guerras en perspectiva alrededor de un seudo Kurdistán impuesto a poblaciones no kurdas colonizadas, así como en Turquía y en Arabia Saudita, para dividir estos grandes Estados en varios pequeños Estados, conforme al plan de «rediseño del Medio Oriente ampliado» de 2001. Washington no vacilará en destruir a sus aliados desobedientes, mientras que Moscú quiere acabar con la Hermandad Musulmana y el wahabismo.
En Francia, la oposición, al igual que el conjunto de la clase dirigente en Alemania, ha tomado conciencia del avance de Rusia e Irán y de la próxima caída de Turquía y de Arabia Saudita. Así que tanto la oposición francesa como la clase dirigente alemana están tratando de modificar su política.
Thierry Meyssan  

[1] «Moscú y Washington se plantean refundar las relaciones internacionales», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 5 de octubre de 2015.

[2] «Propuesta rusa de un debate sobre el terrorismo en el Consejo de Seguridad de la ONU», Red Voltaire, 1º de octubre de 2015.

[3] “Lavrov to chair Security Council’s meeting on fighting terrorism”, Tass, 30 de septiembre de 2015.

[4] «Comunicado Final del Grupo de Acción para Siria», Red Voltaire, 30 de junio de 2012.

[5] «¿Por qué Francia quiere derrocar la República Árabe Siria?», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 12 de octubre de 2015.

[6] “Joint Statement on the outcome of the multilateral talks on Syria”, Voltaire Network, 30 de octubre de 2015.

[7] “This political process will be Syrian led and Syrian owned, and the Syrian people will decide the future of Syria”.

[8] «Dos espinas en el pie de Obama», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 31 de agosto de 2015.

[9] «Turquía en peligro», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 27 de julio de 2015.

[10] «Estados Unidos e Israel inician la colonización del norte de Siria», Red Voltaire, 1ro de noviembre de 2015.

[11] «Exclusivo: Los planes secretos de Israel y Arabia Saudita», por Thierry Meyssan; «¿Por qué Occidente guarda silencio sobre la guerra en Yemen?», por Martha Mundy, Counterpunch, Red Voltaire, 22 de junio y 6 de octubre de 2015.

[12] «El ejército ruso muestra su superioridad en la guerra convencional», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 19 de octubre de 2015.

[13] “Dunford Tells Senate Now is Time to Reinforce Iraqi Success Against ISIL”, por Jim Garamone, DoD News, 27 de octubre de 2015.

[14] “Department of Defense Press Briefing by General Breedlove in the Pentagon Briefing Room”, 30 de octubre de 2015.

[15] «Alemania trata de salirse del conflicto en Siria», por Thierry Meyssan, Al-Watan (Siria), Red Voltaire, 29 de octubre de 2015.

http://www.voltairenet.org/article189145.html

sábado, 5 de enero de 2013

El ESL sigue brillando… como una estrella muerta




Ya empezó la cuenta atrás. Inmediatamente después de su próxima confirmación por parte del Senado, la nueva administración del presidente estadounidense Barack Obama presentará al Consejo de Seguridad de la ONU un plan de paz para Siria. En el plano jurídico, y a pesar de que el presidente Obama se sucede a sí mismo, su anterior administración está autorizada a ocuparse únicamente de temas corrientes aún pendientes pero no puede tomar ningún tipo de iniciativa.

En el plano político, Barack Obama no reaccionó cuando –en medio de su campaña electoral – varios de sus propios colaboradores torpedearon el acuerdo de paz de Ginebra. Pero emprendió la gran limpieza en cuanto supo que había sido reelecto. Como ya estaba previsto de antemano, el general Petraeus -arquitecto de la guerra en Siria– cayó en la trampa que se le había tendido y se vio obligado a abandonar su cargo de director de la CIA. También como estaba previsto, los grandes jefes de la OTAN y artífices del escudo antimisiles, totalmente opuestos a un entendimiento con Rusia, se vieron sometidos a investigaciones por corrupción que los han condenado al silencio. Y, también conforme a los planes, la secretaria de Estado Hillary Clinton fue puesta fuera de combate. Lo único sorprendente fue el método utilizado para sacarla del juego: un grave problema de salud que la puso en estado de coma.


Las cosas, mientras tanto, han ido avanzando por el lado de la ONU. En septiembre, el Departamento de Operaciones de Paz de la ONU firmó un Protocolo con la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC). Esa misma entidad de la ONU supervisó en octubre –en Kazajstán– las maniobras de la OTSC en las que se simulaba un despliegue de «chapkas azules» en Siria. En diciembre, el mismo departamento onusiano reunió a los representantes militares de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad para presentarles la manera cómo pudiera desarrollarse ese despliegue. Aunque no están de acuerdo con esa solución, franceses y británicos se plegaron a la voluntad de Washington.

Sin embargo, Francia trató de utilizar a Lakdhar Brahimi, el representante especial de los secretarios generales de la Liga Árabe y de la ONU, para modificar el plan de paz de Ginebra en función de las reservas que París ya había emitido el 30 de junio. En definitiva, el señor Brahimi optó por la vía de la prudencia, absteniéndose de tomar posición y limitándose a hacer el papel de mensajero entre las partes implicadas en el conflicto.


Lo que pasa es que, en el terreno, el gobierno sirio está posición de evidente superioridad. La situación militar se ha invertido. Hasta los propios franceses ya han dejado de hablar de las «zonas liberadas» que antes pretendían gobernar con un mandato extendido por la ONU. Zonas que además han ido reduciéndose y que, en los lugares donde aún se mantienen, están en manos de salafistas muy poco presentables. Las tropas del Ejército «Sirio Libre» recibieron órdenes de abandonar sus posiciones y de reagruparse alrededor de la capital para lanzar un asalto final.

Los Contras esperaban sublevar a los refugiados palestinos, en su mayoría sunnitas, en contra del régimen multiconfesional, según el esquema que la familia Hariri trató de utilizar en Líbano para sublevar a los palestinos sunnitas del campamento de Nahr-el-Bareb en contra del Hezbollah chiita. Al igual que en Líbano, ese proyecto fracasó porque los palestinos saben muy bien quiénes son sus amigos y quién son los que realmente luchan por la liberación de su tierra. Dicho de forma más concreta, durante la reciente agresión israelí de 8 días contra la franja de Gaza, las monarquías del Golfo no movieron ni un dedo mientras que el armamento proporcionado por Irán y por Siria tuvo una importancia decisiva.


Elementos del Hamas, fieles a Khaled Mechaal y financiados por Qatar, abrieron las puertas del campamento palestino de Yarmouk a varios cientos de combatientes del Frente de Apoyo a los Combatientes del Levante (rama sirio-libanesa de al-Qaeda), igualmente vinculados a Qatar. Esos elementos lucharon principalmente contra los hombres del FPLP-CG. Vía SMS, el gobierno sirio pidió a los 180 000 habitantes del campamento palestino que abandonaran el lugar lo más rápidamente posible y les garantizó albergue temporal en hoteles, escuelas e instalaciones deportivas de Damasco. Algunos prefirieron irse al Líbano. Al día siguiente, el Ejército Árabe Sirio atacó el lugar con armamento pesado y recuperó el control del campamento. Catorce organizaciones palestinas firmaron entonces un acuerdo que declara el campamento «zona neutral». Así que los combatientes del ESL tuvieron que retirarse y retomar su guerra contra Siria en la campiña de los alrededores mientras que los civiles volvían a sus casas, encontrando a su regreso un campamento devastado cuyas escuelas y hospitales habían sido objeto de una destrucción sistemática.


En términos estratégicos, la guerra ya está terminada: el ESL ha perdido todo respaldo popular y no le queda ninguna posibilidad de ganar. Los europeos siguen creyendo que pueden lograr el «cambio de régimen»recurriendo al soborno de oficiales de alto rango y provocando un golpe de Estado, pero ya saben no lo lograrán con el ESL. Los Contras siguen llegando, pero está agotándose el flujo de armas y de dinero. Gran parte del apoyo internacional ha cesado de existir, aunque las consecuencias de ello no se vean todavía en el campo de batalla. Se está produciendo un fenómeno similar al de las estrellas cuyo brillo sigue viéndose cuando en realidad ya están muertas.

Estados Unidos está claramente decido a pasar la página y a sacrificar el ESL. Le dan órdenes estúpidas que envían los Contras a la muerte. Más de 10 000 de ellos han resultado muertos en el último mes. Simultáneamente, en Washington, el National Intelligence Council anuncia cínicamente que el «yihadismo internacional» va a desaparecer próximamente. Otros aliados de Estados Unidos tendrían que preguntarse ahora si la nueva coyuntura no implica que Washington los sacrifique a ellos también.

Thierry Meyssan
Red Voltaire

domingo, 9 de diciembre de 2012

Thierry Meyssan: «Terroristas sirios fueron entrenados por el UCK en Kosovo»

ENTREVISTA CON LA REVISTA SERBIA GEOPOLITIKA

Al responder a las preguntas de la publicación informativa serbia Geopolitika, Thierry Meyssan pasa en revista su interpretación de los hechos del 11 de septiembre de 2001, los acontecimientos en Siria y la actual situación en Serbia.


Geopolitika: Señor Meyssan, usted se hizo mundialmente célebre cuando publicó el libro La Gran Impostura que pone en duda la versión oficial de las autoridades estadounidenses sobre los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001. Su libro estimuló a otros intelectuales a expresar sus propias dudas sobre aquellos trágicos acontecimientos. ¿Pudiera usted explicar brevemente a nuestros lectores lo que realmente sucedió aquel 11 de septiembre? ¿Qué fue lo que realmente impactó o explotó en la sede del Pentágono? ¿Fue un avión u otra cosa? ¿Qué pasó con los aviones que chocaron contra las Torres Gemelas? Sobre todo, ¿qué pasó con el tercer edificio, cercano a esas torres? ¿Cuál es el contexto más profundo de esos atentados, que tuvieron repercusiones mundiales y que tanto han modificado el mundo?

Thierry Meyssan: Es sorprendente que la prensa mundial haya adoptado la versión oficial, de un lado porque esa versión es absurda y, por otro lado, porque esa versión deja sin explicación una parte de los hechos.

La idea de que un fanático, desde una cueva en Afganistán, y una veintena de individuos armados con cortapapeles hayan podido destruir el World Trade Center y asestar un golpe al Pentágono sin que el ejército más poderoso del mundo lograse evitarlo no es ni siquiera digna de un comic. Pero mientras más grotesca es la historia menos preguntan los periodistas occidentales.

Por otro lado, la versión oficial no menciona la especulación bursátil sobre las compañías víctimas de los atentados, ni el incendio del anexo de la Casa Blanca, ni el derrumbe de un tercer rascacielos del World Trade Center, hecho que se produjo al mediodía. Todos esos hechos ni siquiera se mencionan en el informe final de la investigación presidencial.

Además, nunca se habla de lo único importante entre todo lo que sucedió aquel día. Después del atentado del World Trace Center, el plan de continuidad del gobierno fue activado ilegalmente. Existe un procedimiento, aplicable en caso de guerra nuclear. Si se comprueba la aniquilación de las autoridades civiles, el mando pasa a un gobierno militar alternativo. Hacia las 10h30, ese plan fue activado a pesar de que las autoridades civiles se mantenían en capacidad de ejercer sus responsabilidades. El poder pasó a los militares, que no lo restituyeron a los civiles hasta las 16h30. Durante todo ese tiempo, se activaron comandos que fueron a buscar a casi todos los miembros del Congreso y del gobierno para ponerlos a buen recaudo en refugios antiatómicos. Hubo, por lo tanto, un golpe de Estado militar que duró varias horas, justo el tiempo necesario para que los golpistas impusieran su propia línea política: estado de urgencia interno e imperialismo global en el exterior.

El 13 de septiembre se presentó al Senado la Patriot Act, que no es una ley sino un amplio Código antiterrorista redactado en secreto a lo largo de los 2 o 3 años anteriores. El 15 de septiembre, el presidente Bush dio su aval al plan de la «matriz mundial», que instituye un amplio sistema de secuestros, de prisiones secretas, de torturas y asesinatos. En ese misma reunión [Bush] dio también su aval a un plan que preveía ataques sucesivos contra Afganistán, Irak, el Líbano, Libia, Siria, Somalia, Sudán e Irán. Como puede verse, ya se ha concretado la mitad de ese programa.

Aquellos atentados, aquel golpe de Estado y los posteriores crímenes fueron organizados por algo que podemos llamar el Estado profundo (en el mismo sentido en que se usa esa expresión para describir el poder militar secreto en Turquía o en Argelia). Todos esos acontecimientos fueron planeados por un grupo muy cerrado: los straussianos, o sea los discípulos del filósofo Leo Strauss.

Se trata de los mismos individuos que, en 1995, empujaron el Congreso estadounidense hacia el rearme y que organizaron el desmembramiento de Yugoslavia. Tenemos que recordar, por ejemplo, que Alija Izetbegovic tuvo como consejero político a Richard Perle, como consejero militar a Osama Ben Laden y como consejero mediático a Bernard-Henri Lévy.

Geopolitika: El libro que usted escribió y la actitud antiamericana que usted ha expresado libremente a través de su red independiente Voltaire le valieron una serie de problemas que usted tuvo personalmente con la administración del ex presidente francés Nicolas Sarkozy. ¿Pudiera hablarnos un poco más sobre esto? En el artículo que usted escribió sobre el señor Sarkozy, titulado «Operación Sarkozy: Cómo la CIA puso a uno de sus agentes en la presidencia de la República Francesa», usted publicó información muy delicada, que nos recuerda las obras de suspense político-criminales.

Thierry Meyssan: Yo no soy antiamericano. Soy antiimperialista y pienso que el pueblo de Estados Unidos también es víctima de la política de sus propios dirigentes.

En cuanto a Nicolas Sarkozy, yo revelé que fue educado durante su adolescencia, en Nueva York, por el embajador [estadounidense] Frank Wisner Jr. Ese personaje es uno de los cuadros más importantes de la CIA, que a su vez fue fundada por su padre Frank Wisner Sr. El resultado es que la carrera de Nicolas Sarkozy estuvo completamente determinada por la CIA. Así que nada tiene de sorprendente que, ya convertido en presidente de la República Francesa, Sarkozy haya defendido los intereses de Washington en vez de defender los intereses de los franceses.

Los serbios conocen muy bien a Frank Wisner Jr. Fue él quien organizó la independencia unilateral de Kosovo, como representante especial del presidente de Estados Unidos.

Yo expliqué todo eso detalladamente en una intervención en el Eurasian Media Forum (en Kazajstán) y me pidieron que desarrollara ese tema en un artículo para Odnako (publicación rusa). Y resultó que, por pura casualidad, el artículo se publicó durante la guerra de Georgia, en el momento en que Sarkozy visitaba Moscú. El primer ministro Vladimir Putin puso la publicación encima de la mesa, antes de comenzar la conversación con él. Por supuesto que eso no mejoró mis relaciones con Sarkozy.

Geopolitika: Señor Meyssan, ¿cuál es la situación actual en Siria, la situación en el frente y la situación en la sociedad siria? ¿Están cerca de alcanzar su objetivo Arabia Saudita y Qatar, así como los países occidentales que quieren derrocar por la fuerza el sistema político del presidente Bachar al-Assad?

Thierry Meyssan: De los 23 millones de sirios, alrededor de 2 millones o 2 millones y medio apoyan a los grupos armados que están tratando de desestabilizar el país y de debilitar su ejército. Estos han tomado el control de algunas aglomeraciones y de amplias zonas rurales. Pero es imposible que esos grupos armados logren derrocar el régimen.

El plan occidental inicial preveía que las acciones terroristas engendraran un ciclo de provocación/represión que justificaría una intervención internacional, siguiendo el modelo del terrorismo del UCK [Ejército de Liberación de Kosovo. NdT] y de la represión ulterior de Slobodan Milosevic, a los que siguió la intervención de la OTAN. Hay que señalar de paso que está comprobado que grupos combatientes en Siria recibieron entrenamiento como terroristas de parte de miembros del UCK y en territorio de Kosovo.

Ese plan fracasó porque la Rusia de Vladimir Putin no es la Boris Yeltsin. Moscú y Pekín prohibieron la intervención de la OTAN y la situación se mantiene sin resolver.

Geopolitika: ¿Qué pretenden obtener Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Arabia Saudita y Qatar con el derrocamiento del presidente al-Assad?

Thierry Meyssan: Cada uno de los Estados miembros de la coalición tiene sus propios intereses en esa guerra y cree poder satisfacerlos, cuando en realidad son intereses que se contradicen entre sí.

En el plano político existe la voluntad de romper el «Eje de la Resistencia contra el sionismo» (Irán-Irak-Siria-Hezbollah-Palestina). También existe la voluntad de proseguir el «rediseño del Medio Oriente Ampliado».

Pero lo más importante es el factor económico. Se han descubierto inmensas reservas de gas natural en el sudeste del Mediterráneo. El centro de ese yacimiento está cerca de Homs, en Siria (más exactamente en Qara).

Geopolitika: ¿Podría usted hablarnos un poco más sobre la rebelión de al-Qaeda en Siria, movimiento cuyas relaciones con Estados Unidos parecen contradictorias a la vista de sus acciones en el terreno? Usted dijo en una entrevista que las relaciones entre Abdelhakim Belhadj y la OTAN estaban prácticamente institucionalizadas. En realidad, ¿para quién hace la guerra al-Qaeda?

Thierry Meyssan: Al principio, al-Qaeda no era más que el nombre de una base de datos, del fichero informático donde figuraban los muyahidín árabes enviados a luchar contra los soviéticos en Afganistán. Por extensión, se dio el nombre de al-Qaeda al medio yihadista en el que se reclutaba a aquellos mercenarios. Después, se designó como al-Qaeda a los combatientes agrupados alrededor de Ben Laden y, por extensión, a todos los grupos del mundo que dicen inspirarse en la ideología de Ben Laden.

Según el momento y las necesidades, esa nebulosa se hizo más o menos numerosa. Durante la primera guerra de Afganistán, la guerra de Bosnia y las guerras de Chechenia estos mercenarios eran considerados «combatientes de la libertad», porque luchaban contra los eslavos. Posteriormente, durante la segunda de Afganistán y la invasión de Irak, fueron considerados «terroristas» porque atacaban a los soldados estadounidenses. Desde la muerte oficial de Ben Laden, se han convertido nuevamente en «combatientes de la libertad», en las guerras contra Libia y contra Siria, porque ahora luchan del lado de la OTAN.

La realidad es que esos mercenarios siempre estuvieron bajo el control de los Sudairis, la facción proestadounidense y archireaccionaria de la familia real de Arabia Saudita, específicamente bajo el control del príncipe Bandar Ben Sultán. Este último, a quien George Bush padre presentó siempre como su «hijo adoptivo» –o sea, como el hijo varón inteligente que le habría gustado tener– actuó siempre por cuenta de la CIA. Incluso en la época en que al-Qaeda luchaba contra los soldados estadounidenses, en Afganistán y en Irak, lo hacía en interés de Estados Unidos en la medida en que aquello permitía justificar la presencia militar estadounidense.

En los últimos años los libios se han hecho mayoritarios en al-Qaeda, así que la OTAN los utilizó para derrocar el régimen de Moummar el-Kadhafi. Cuando lograron derribarlo, nombraron gobernador militar de Trípoli al número 2 de la organización, Abdelhakim Belhaj, a pesar de que la justicia española reclama su captura debido a su presunta responsabilidad en los atentados de Madrid. Posteriormente lo enviaron a Siria, junto con sus hombres. Para trasladarlos [a Siria], la CIA utilizó los medios del Alto Comisariado para los Refugiados, gracias a Ian Martin, el representante especial de Ban ki-Moon [el secretario general de la ONU] en Libia. Los supuestos refugiados fueron trasladados a varios campamentos en Turquía que sirvieron como bases de retaguardia para atacar Siria y a los que no han podido tener acceso los parlamentarios turcos ni la prensa.

Ian Martin es otro conocido de los lectores de Geopolitika. Fue secretario general de Amnistía Internacional y después fue representante del Alto Comisario para los Derechos Humanos en Bosnia-Herzegovina.

Geopolitika: Siria se ha convertido en teatro no sólo de una guerra civil sino también de una guerra mediática y de manipulaciones. Como testigo directo, como alguien que está en el lugar de los hechos, queremos preguntarle a usted ¿qué sucedió verdaderamente en Homs y en Hula?

Thierry Meyssan: Yo no soy testigo directo de lo pasó en Hula. Pero fui tercera parte de confianza en las negociaciones entre las autoridades sirias y las autoridades francesas durante el asedio del Emirato Islámico de Baba Amro. Los yihadistas se habían atrincherado en ese barrio de Homs, de donde expulsaron a los infieles (los cristianos) y a los herejes (los chiitas). En realidad, sólo unas 40 familias sunnitas se habían quedado allí, en medio de unos 3 000 combatientes. Aquella gente había instaurado la charia y un «tribunal revolucionario» condenó a más de 150 personas a ser degolladas en público.

Aquel Emirato autoproclamado era dirigido en secreto por oficiales franceses. Las autoridades sirias querían evitar ordenar el asalto y negociaron con las autoridades francesas para lograr la rendición de los rebeldes. En definitiva, los franceses lograron salir de la ciudad durante la noche y huir hacia el Líbano, mientras que las fuerzas leales entraban en el Emirato y los combatientes se rendían. Así se evitó el baño de sangre y al final hubo menos de 50 muertos en la operación.



Geopolitika: Además de los alauitas, en Siria los cristianos también se han convertido en blanco. ¿Podría hablarnos usted un poco más de la persecución contra los cristianos en ese país y de por qué la supuesta civilización occidental, cuyas raíces son precisamente cristianas, no da muestras de la menor solidaridad hacia sus correligionarios?

Thierry Meyssan: Los yihadistas arremeten prioritariamente contra quienes más cerca están de ellos: en primer lugar, contra los sunnitas progresistas; luego contra los chiitas (incluyendo a los alauitas) y sólo después están los cristianos. Generalmente torturan y matan bastante pocos cristianos. Pero los expulsan sistemáticamente y roban todos sus bienes. En la región próxima a la frontera norte del Líbano, el Ejército Sirio Libre dio una semana a los cristianos para que huyeran de allí. Se ha producido un éxodo brutal de 80 000 personas. Los que no huyeron a tiempo han sido masacrados.

El cristianismo fue fundado en Damasco por San Pablo. Las comunidades sirias son anteriores a las de Occidente. Han conservado los ritos antiguos y una fe extremadamente fuertes. La mayoría son ortodoxas. Las que están vinculadas a Roma han conservado sus ritos ancestrales. En tiempos de las Cruzadas, los cristianos del Oriente lucharon junto a los otros árabes en contra de la soldadesca enviada por el Papa. Hoy en día están luchando junto a sus conciudadanos, contra los yihadistas enviados por la OTAN.

Geopolitika: ¿Puede esperarse un ataque contra Irán el año próximo y, de producirse una intervención militar, cuál sería el papel de Israel? ¿El ataque contra las instalaciones nucleares es realmente un objetivo de Tel Aviv o existe una estructura mundialista, interesada en desestabilizar profundamente las relaciones internacionales, que está empujando a Israel hacia esa aventura?

Thierry Meyssan: Lo que sucede es que Irán es portador de una Revolución. Es el único gran país que propone actualmente un modelo de organización social que constituye una alternativa al American Way of Life. Los iraníes son un pueblo místico y persistente. Ellos han enseñado a los árabes el arte de la Resistencia y se oponen a los proyectos del sionismo, no solo en la región, sino en el mundo.

Sin embargo, a pesar de sus bravatas, Israel es incapaz de atacar Irán. Y los propios Estados Unidos han renunciado a atacarlo. Es un país de 75 millones de habitantes deseosos todos de morir por su patria. Mientras que el ejército israelí se compone de jóvenes cuya experiencia militar se limita a la represión contra los palestinos y el ejército estadounidense se compone de desempleados que no tienen intenciones de morir por una paga miserable.

Geopolitika: ¿Cómo ve usted el papel de Rusia en el conflicto sirio y el papel del presidente de Rusia, Vladimir Putin, ampliamente demonizado por la prensa occidental?

Thierry Meyssan: La demonización del presidente Putin por parte de la prensa occidental es el homenaje del vicio a la virtud. Después de haber levantado de nuevo su país, Vladimir Putin quiere devolverle su lugar en las relaciones internacionales y ha basado su estrategia en el control de lo que está llamado a ser la principal fuente de energía del siglo XXI: el gas. Gazprom ya se convirtió en la primera compañía mundial de gas y Rosneft en la primera compañía petrolera. Es evidente que Putin no tiene intenciones de permitir que Estados Unidos se apodere del gas sirio ni tampoco de dejar que Irán explote su propio gas sin control. Por lo tanto, tenía que intervenir y aliarse con Irán.

Además, Rusia está convirtiéndose en el principal garante del Derecho Internacional, mientras que los occidentales justifican, en nombre de una moral de pacotilla, la violación de la soberanía de las naciones. Así que no hay que temer el poderío ruso porque está al servicio del Derecho y de la Paz.

En junio pasado, Serguei Lavrov negoció en Ginebra un plan de paz, que Estados Unidos pospuso unilateralmente pero que Barack Obama debería en definitiva concretar durante su segundo mandato. Ese plan prevé el despliegue de una Fuerza de Paz de la ONU, conformada principalmente con tropas de la OTSC [la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva]. También incluye que Bachar al-Assad se mantenga en el poder si el pueblo sirio así lo decide a través de las urnas.

Geopolitika: ¿Qué piensa usted de la situación en Serbia y del difícil camino que ha recorrido Serbia en los dos últimos decenios?

Thierry Meyssan: La serie de guerras que Serbia tuvo que enfrentar agotó a ese país, sobre todo la conquista de Kosovo por parte de la OTAN. Esa fue en realidad una guerra de conquista ya que concluyó con la amputación del país y con el reconocimiento que los miembros de la OTAN otorgaron a la independencia de Camp Bondsteel, o sea de una base de la OTAN.

Una mayoría de serbios creyó que tenía que acercarse a la Unión Europea. Eso es ignorar que la Unión Europea es la cara civil de una entidad única cuya cara militar es la OTAN. Históricamente, la Unión Europea fue creada en aplicación de las cláusulas secretas del Plan Marshall, o sea que es anterior a la OTAN. Pero no por eso deja de ser un elemento del mismo proyecto de dominación anglosajón.

Es posible que la crisis del euro desemboque en una dislocación de la Unión Europea. En ese caso, Estados como Grecia y Serbia se volverán espontáneamente hacia Rusia, país que comparte con ellos numerosos elementos culturales y una misma exigencia de justicia.

Geopolitika: Hay quienes, de manera más o menos directa, sugieren a Serbia que renuncie a Kosovo para poder entrar a la Unión Europea. Usted tiene gran experiencia en materia de relaciones internacionales, así que le preguntamos sinceramente si tiene usted algún consejo sobre lo que deberían hacer los serbios en materia de política interna y de política exterior.

Thierry Meyssan: Yo no soy quien para dar consejos a nadie. Por mi parte, deploro que ciertos Estados hayan reconocido la conquista de Kosovo por parte de la OTAN. Kosovo se ha convertido desde entonces en un puente para la distribución en Europa de las drogas que se cultivan en Afganistán bajo la vigilante protección de las tropas estadounidenses. Ningún pueblo se ha beneficiado en nada con esa independencia, y muchísimo menos la población de Kosovo, que ahora vive bajo el yugo de una mafia.

Geopolitika: Entre Francia y Serbia existía una fuerte alianza que dejó de tener sentido cuando Francia participó en los bombardeos contra Serbia, en 1999, en el marco de la OTAN. Existen, sin embargo, tanto en Francia como en Serbia, personas que no olvidan «la amistad de las armas» de la Primera Guerra Mundial y que piensan que habría que reactivar esas relaciones culturales hoy rotas. ¿Comparte usted ese punto de vista?

Thierry Meyssan: Uno de mis amigos, con quien escribí Le Pentagate, sobre el ataque del 11 de septiembre contra el Pentágono –con un misil y no con un avión fantasma–, es el comandante Pierre-Henri Bunel. Durante la guerra, la OTAN lo arrestó por espionaje a favor de Serbia. Posteriormente, lo entregaron a Francia, que lo juzgó y lo condenó a 2 años de cárcel en vez de cadena perpetua. Ese veredicto demuestra que en realidad actuó por órdenes de sus superiores.

Francia, como país miembro de la OTAN, se vio obligada a participar en la agresión contra Serbia. Pero lo hizo de mala gana y ayudando a Serbia más a menudo de lo que la bombardeaba.

Actualmente Francia está en una situación aún peor, gobernada por una élite que, para proteger sus propios beneficios económicos, se ha puesto al servicio de Washington y de Tel Aviv. Yo espero que mis compatriotas, que comparten una larga historia revolucionaria, acabarán expulsando del poder a esas élites corruptas. Y espero que, para ese momento, Serbia habrá recuperado su verdadera independencia. Se producirá entonces el reencuentro espontáneo entre nuestros dos pueblos.

Geopolitika: Muchas gracias por el tiempo que nos ha concedido.


Documentos adjuntos


http://www.voltairenet.org/article176841.html

lunes, 3 de diciembre de 2012

Obama II: la purga y el pacto

«ANTE NUESTROS OJOS»

Obama II: la purga y el pacto

por Thierry Meyssan

Dentro de la oligarquía norteamerica acostumbrada a dirigir y repartirse el poder político en Washington se ha desatado una confrontación inédita en donde todos los golpes bajos están permitidos, sean estos escándalos sexuales de famosos generales, misteriosos fallecimientos, atentados con bombas en el extranjero contra poderosos aliados árabes e incluso contra los mismos embajadores estadounidenses. Todo esto son los signos que atestiguan de una encarnizada lucha dentro de las diferentes facciones y tendencias que componen la esencia del poder dentro del aparato político de los Estados Unidos.

RED VOLTAIRE | DAMASCO (SIRIA) | 30 DE NOVIEMBRE DE 2012



El señor John Kerry y su esposa en un almuerzo privado con el señor y la señora al-Assad en un restaurante damasceno, en 2009.

Ya fortalecido en su legitimidad por la reciente reelección, el presidente Barack Obama se prepara para iniciar una nueva política exterior.
Después de sacar las conclusiones que le impone el relativo debilitamiento económico de Estados Unidos, Obama renuncia a gobernar el mundo él solo.
Sus fuerzas armadas prosiguen su salida de Europa y su retirada parcial del Medio Oriente para posicionarse alrededor de China. 

En función de esa perspectiva, el presidente estadounidense quiere al mismo tiempo debilitar la naciente alianza ruso-china y compartir con Rusia el peso que representa el Medio Oriente. Está por lo tanto dispuesto a poner en aplicación el acuerdo sobre Siria, concluido en Ginebra el 30 de junio –que implica el despliegue de una fuerza de paz de la ONU conformada principalmente con tropas de los países de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) y aceptar que Bachar al-Assad se mantenga en el poder si su pueblo lo plebiscita.

Esta nueva política exterior enfrenta una fuerte resistencia en Washington.
En julio pasado, la filtración organizada de ciertas informaciones a la prensa saboteó el acuerdo de Ginebra y provocó la renuncia de Kofi Annan como enviado especial de la ONU y la Liga Árabe. Aquel sabotaje parece haber sido obra de un grupo de oficiales superiores estadounidenses que no admiten el fin de su sueño de instaurar un imperio global.

Esa problemática nunca se mencionó durante la campaña electoral presidencial, ya que los dos principales candidatos estaban de acuerdo en la implementación del mismo viraje político y se diferenciaban únicamente en la manera de presentarlo.

Barack Obama esperó además hasta la noche de su victoria electoral para emprender una purga discretamente preparada desde hace meses. Ampliamente reflejada por los medios, la renuncia del general David Petraeus a sus funciones como director general de la CIA no pasaba de ser un aperitivo y no tardarán en rodar las cabezas de otros oficiales superiores.

La purga afecta, en primer lugar, al almirante James G. Stravidis, Comandante Supremo de la OTAN y comandante del EuCom [United States European Command] quien llega al fin de sus funciones y al general John R. Allen, quien debía reemplazarlo. Vienen después el general William E. Ward, ex comandante del AfriCom [United States Africa Command], el general Carter F. Ham que lo reemplazó en ese cargo hace un año, así como otros oficiales superiores que ocupan cargos menos importantes.

En cada caso, los oficiales superiores incluidos en la purga son acusados de dudosa moralidad o de malversación de fondos. Actualmente, la prensa estadounidense, extasiada con los detalles más sórdidos del triángulo amoroso entre Petraeus, Allen y Paula Broadwell, la biógrafa de Petraeus, ni siquiera menciona sin embargo que esa señora es teniente coronel de la inteligencia militar. Todo parece indicar que en realidad fue infiltrada en el entorno de los dos generales para hacerlos caer en una trampa.

Antes de la purga que actualmente se desarrolla en Washington, ya se había producido en julio la eliminación física de varios responsables extranjeros que se oponían a la nueva política y que habían estado implicados en la batalla de Damasco. Todo sucedió como si Obama hubiese decidido permitir una “limpieza de verano”. Así se produjeron la muerte prematura del general egipcio Omar Suleiman, mientras se hallaba en Estados Unidos para someterse a una serie de exámenes médicos, y –7 días después– el atentado contra el príncipe Bandar ben Sultán de Arabia Saudita.

Lo que ahora le queda por hacer a Barack Obama es conformar su nuevo gabinete con hombres y mujeres capaces de lograr la aceptación de su nueva política. Para ello cuenta sobre todo con el ex candidato demócrata a la elección presidencial y actual presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado John Kerry. Moscú ya hizo saber que la nominación de Kerry sería bienvenida. El senador es conocido por ser «un admirador de Bachar al-Assad» (The Washington Post) con quien ha sostenido incluso frecuentes desde hace años [1].

Queda por saber si los demócratas pueden darse el lujo de perder un asiento en el Senado y si Kerry estaría a la cabeza del Departamento de Estado y del Departamento de Defensa.

De asumir Kerry la dirección del Departamento de Estado, el Departamento de Defensa quedaría bajo la dirección de Michele Flournoy o de Ashton Carter, cuya misión sería proseguir las restricciones presupuestarias ya emprendidas en ese sector.

Si Kerry tomara la dirección del Departamento de Defensa, el Departamento de Estado quedaría entonces en manos de Susan Rice, lo cual puede plantear ciertos problemas en la medida en que Rice no se ha mostrado precisamente cortés ante los últimos vetos rusos y chinos en el Consejo de Seguridad de la ONU y parece carecer de la sangre fría que exigiría el puesto. En todo caso, los republicanos ya están movilizándose para cerrarle el camino.

John Brennan, célebre por sus métodos particularmente sucios y brutales, podría convertirse en el próximo director de la CIA. Su misión consistiría en pasar la página de la era Bush liquidando a los yihadistas que anteriormente trabajaron para la Agencia y desmantelando Arabia Saudita, que ha perdido toda utilidad. Otro candidato para esa misión pudiera ser Michael Vickers.
Pero tampoco hay que olvidar a Michael Morell, el hombre de la sombra que estuvo junto a George W. Bush un cierto 11 de septiembre para decirle lo que tenía que hacer.

El muy sionista, pero también muy realista, Anthony Blinken podría, por su parte, convertirse en consejero de Seguridad Nacional, lo que permitiría retomar el plan que el propio Blinken había elaborado en 1999, en Shepherdstown, para el entonces presidente Bill Clinton, plan que consistía en implementar la paz en el Medio Oriente apoyándose en… la familia Assad.

Incluso antes de la nominación del nuevo gabinete, el viraje político ya empezó a concretarse con la reanudación de las negociaciones secretas con Teherán. En efecto, el nuevo contexto impone a Washington el abandono de la política de aislamiento aplicada contra Irán y reconocer finalmente que la República Islámica es una potencia regional. Primera consecuencia: ya se reanudó la construcción del gasoducto que conectará South Pars –el mayor campo gasífero del mundo– con Damasco, y posteriormente con el Mediterráneo, para extenderse finalmente hasta Europa; una inversión de 10,000 millones de dólares cuya rentabilización exige una paz duradera en la región.

La nueva política exterior de Obama II modificará el Medio Oriente en 2013, pero será en el sentido opuesto a lo que habían anunciado los medios de prensa occidentales y los del Golfo.
Thierry Meyssan

viernes, 2 de noviembre de 2012

Los Malos Perdedores de la Crisis Siria


En una mesa redonda realizada en Ankara, el almirante James Winnefeld, vicepresidente del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas estadounidenses, confirmó que Washington revelará sus intenciones con respecto a Siria únicamente después de la elección presidencial del próximo 6 de noviembre. El almirante dejó entender claramente a sus interlocutores turcos que ya se negoció con Moscú un plan de paz, que Bachar al-Assad se mantendrá en el poder y que el Consejo de Seguridad de la ONU no autorizará la creación de zonas-tapón. Por su parte, el secretario general adjunto de la ONU a cargo de las operaciones de paz, Hervé Ladsous, confirmó que está estudiando el posible despliegue de cascos

Simultáneamente, el New York Times reveló que se reactivarán las negociaciones directas entre Washington y Teherán, precisamente en momentos en que Estados Unidos se dedica a sabotear la moneda iraní. Dicho por lo claro, al cabo de 33 años de containement, Washington admite que Teherán es una potencia regional con la que no queda más remedio que sentarse a conversar, lo cual no le impide seguir tratando de sabotear la economía iraní.

Esta nueva repartición de las cartas del juego va en detrimento de Arabia Saudita, Francia, Israel, Qatar y Turquía, países que apostaron a fondo por el cambio de régimen en Damasco. Esta heteróclita coalición se divide ahora entre los que reclaman un “premio de consolación” y los que tratan de sabotear el proceso que se ha puesto en marcha. azules en Siria.

Todos los actores de la región están preparándose por lo tanto para un cese del fuego impuesto por una fuerza de la ONU conformada con tropas de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (Armenia, Bielorrusia, Kazajstán, Kirguistán, Rusia y Tayikistán). Eso significa concretamente que Estados Unidos prosigue su retirada de la región, retirada que comenzó por Irak, y que Washington acepta compartir con Moscú su influencia en el Medio Oriente.


Ya en este momento, Ankara ha cambiado de tono. El primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan, que antes decía estar dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias, ahora trata de reconciliarse con Teherán y con Moscú. El mismo Erdogan que hace tan solo unos días insultó a los iraníes y ordenó maltratar a los diplomáticos rusos en su país, ahora se deshace en sonrisas. Aprovechó la Cumbre de la Organización de Cooperación Económica celebrada en Bakú para entrevistarse con el presidente iraní Mahmud Ahmadinejad. Y le propuso la creación de un complicado dispositivo de discusión sobre la crisis siria, lo cual permitiría a Turquía y a Arabia Saudita no quedarse “a pie”. Para no humillar a los perdedores, el presidente de Irán se mostró abierto a esa iniciativa.

Qatar, mientras tanto, ya está en busca de nuevos espacios para sus ambiciones. El emir Hamad se fue a Gaza a posar como protector del Hamas. No le desagradaría que el rey de Jordania fuese derrocado y que el reino hachemita se transformase en una república palestina, cuyo gobierno podría poner entre las manos de sus protegidos de la Hermandad Musulmana.

Quedan Israel y Francia, que han formado un frente de rechazo. La nueva configuración del juego regional garantizaría la protección del Estado israelí, pero pondría fin a su particular estatus en la escena internacional y arruinaría sus sueños expansionistas. Tel Aviv caería entonces al rango de potencia secundaria. En cuanto a Francia, esta perdería su influencia en la región, incluyendo el Líbano. Es en ese contexto que los servicios secretos de Francia e Israel concibieron una operación destinada a hacer fracasar el acuerdo entre Estados Unidos, Rusia e Irán. Y aunque la operación misma no arrojara el resultado deseado, al menos permitiría de todas maneras borrar las pruebas de la injerencia en la crisis siria.


Francia hizo correr primeramente el rumor de que el presidente sirio Bachar al-Assad había ordenado al Hezbollah proceder al asesinato de 5 personalidades libanesas: el jefe de las Fuerzas de Seguridad Interna (FSI), el director de las fuerzas del ministerio del Interior, el gran muftí, el patriarca maronita y el ex primer ministro Fouad Siniora. París sacrificó después a Michel Samaha –quien, después de servirle de agente de enlace con los servicios de inteligencia sirios, había caído en desgracia en Damasco perdiendo así su utilidad para los franceses. Este brillante y versátil político cayó en la trampa tendida por el general Wissam el-Hassan –jefe de las FSI y además agente de enlace con los salafistas. Para terminar, París sacrificó al propio general Wissam el-Hassan que, además de pasar a ser una pieza inútil en caso de restablecimiento de la paz en Siria, se había convertido en un peligro porque sabía demasiado. Se concretó así el rumor que los mismos franceses habían echado a rodar: fue asesinado el primero de la lista y una personalidad considerada prosiria ha sido arrestada y acusada de preparar un atentado contra otro de los personajes que figuran en la misma lista.

Toda esta maquinación gira alrededor del general francés Benoit Puga. Este ex comandante de las Operaciones Especiales y director de la Inteligencia Militar francesa fue jefe del estado mayor particular del ex presidente Nicolas Sarkozy y el nuevo presidente francés, Francois Hollande, lo ha mantenido en ese cargo. Dando muestra de un apoyo incondicional a la colonia judía de Palestina y de las relaciones privilegiadas que mantiene con los neoconservadores estadounidenses, el general Benoit Puga reactivó la política colonial de Francia en Costa de Marfil, Libia y Siria. Fue el agente encargado de atender, simultáneamente, a Michel Samaha y a Wissam el-Hassan. Y es actualmente el hombre fuerte de París. En lo que constituye una violación de la institucionalidad democrática, el general Puga gobierna en solitario la política de Francia en el Medio Oriente, a pesar de que esa atribución no forma parte de sus funciones oficiales.

Thierry Meyssan – Red Voltaire

domingo, 26 de agosto de 2012

TESTIMONIO (VIDEO) Yara Saleh, prisionera de los Contras del Ejército «Sirio Libre»

TESTIMONIO (VIDEO)
Yara Saleh, prisionera de los Contras del Ejército «Sirio Libre»

por Thierry Meyssan

Periodista del canal sirio privado Al-IkhbariyaTV, Yara Saleh cayó en manos de los Contras del Ejército «Sirio Libre» (ESL) junto con tres de sus compañeros de trabajo. Los Contras la tomaron como rehén, lo cual provocó en Europa una amplia movilización a favor de su liberación en la que se exigió al presidente francés que le salvara la vida presionando a sus amigos del ESL. Liberada finalmente por sus compatriotas del ejército nacional sirio, Yara Saleh aceptó responder a las preguntas de la Red Voltaire.



Varios cientos de hombres del Ejército «Sirio Libre», miembros de diferentes grupos salafistas y takfiristas, convergieron en la localidad de Al-Tal, el pasado 20 de julio. La mayoría no eran sirios.

Algunos habitantes del lugar, partidarios de la democracia, los acogieron creyendo compartir los mismos objetivos. Los atacantes asaltaron el puesto de policía de Al-Tal y lograron hacer prisioneros a los policías, varios de los cuales resultaron heridos. Pero los atacantes sólo aceptaron llevar al hospital a los funcionarios sunnitas y no permitieron que los demás recibieran atención médica. Rápidamente, el nuevo Consejo Revolucionario de Al-Tal impuso una ley sectaria. La población huyó entonces de la localidad, empezando por los mismos que habían acogido al ESL con los brazos abiertos, cuando aún creían en las promesas occidentales.

Los atacantes tomaron como rehenes a una treintena de civiles, incluyendo a los miembros de un equipo del canal sirio Al-IkhbariyaTV que había llegado al lugar de los hechos, y se atrincheraron en la localidad. Dispersaron a los rehenes en diferentes edificios y los cambiaban de lugar diariamente.

Cuando creían que iban a lograr allí un Emirato islámico, el Consejo Revolucionario, bajo las órdenes de un desertor, fue informado de un ataque inminente del ejército nacional. En un video grabado especialmente, mostro a los periodistas y exigió el retiro de los puntos de control alrededor de Al-Tal, esperando que ello le permitiría huir de la localidad. Al no lograr sus demandas, recibió a través de un teléfono satelital la orden de desplazarse con sus hombres hacia otra localidad.

En la noche del 15 al 16 de agosto, entre 500 y 700 hombres acompañados de los rehenes que consideraron más valiosos, atravesaban la campiña en fila india cuando varias bengalas iluminaron la noche permitiendo al ejército nacional abrir fuego y poner fuera de combate a más de 200 yihadistas en unos minutos.

Yara Saleh, periodista de Al-IkhbariyaTV que llevaba 6 días secuestrada, tuvo el reflejo de tirarse al suelo para protegerse. Los demás rehenes, que seguían prisioneros en Al-Tal, fueron liberados esa misma mañana.

Les ofrecemos el testimonio de Yara Saleh, recogido sólo unas horas después de los hechos.

Thierry Meyssan: ¿Cómo fuiste secuestrada con tu equipo de televisión?

Yara Saleh: Fuimos a Al-Tal a hacer un reportaje. Yo sabía que era peligroso pero esperaba hacer algo sobre los civiles, sobre lo que estaban viviendo, lo que pensaban de los combates, cómo los tratan los grupos armados. Ya estuve antes en ese tipo de lugar muchas veces y lo que me interesa como periodista es lo que pasa con los civiles. Lo primero que noté es que no había civiles en la localidad. Sólo vi siete en la entrada. No más de siete.

Thierry Meyssan: ¿Los demás eran combatientes?

Yara Saleh: Todos los demás eran combatientes.

Thierry Meyssan: ¿Cuántos combatientes?

Yara Saleh: No sé. Cuando nos secuestraron nos llevaron a una construcción que iba a ser una escuela pero no estaba terminada y ellos la ocupaban. Eran unos 700…, 500…, 700… Pude saber que también ocupaban otros lugares.

Thierry Meyssan: ¿Eran de la ciudad o venían de afuera?

Yara Saleh: Eran de diferentes ciudades y diferentes países.

Thierry Meyssan: ¿De diferentes países?

Yara Saleh: Sí, oí hablar en libio. Oí hablar gente que nos rodeaba. Sólo vociferaban, gritaban mientras nos golpeaban. Uno de ellos, cuando nos dejaron, hablaba de sauditas que había entre ellos. Yo no lograba distinguirlos porque todos se parecían, con una barba sin bigote.

Thierry Meyssan: ¿Cómo los salafistas?

Yara Saleh: Sí, como los salafistas. Uno de ellos incluso se llamaba Salafi, y su grupo era “los Salafistas”. Todos portaban armas de fuego, kalachnikovs PKS. No conozco los nombres de las armas pero ellos me lo dijeron.

Detuvieron el auto cuando entramos en la ciudad. Trabaron las puertas. Seis o siete civiles gritaban: “¡Por favor, déjenlos irse, déjenlos!”. Le pusieron un arma en la cabeza a una mujer: “¡Basta, es asunto nuestro!” Nos llevaron con ellos. Eran 10 o 15 hombres armados. Primero nos sacaron del auto. Nos golpearon. A mí me dieron una bofetada. Yo estaba en el piso. Les amarraron las manos a mis compañeros. No me hicieron nada porque yo era una mujer sin velo, así que me encontraban asquerosa.

Nos volvieron a meter en el carro. Me pusieron la cara contra el piso, a mí, porque mis compañeros estaban en el piso del carro, entre los asientos. No sé adónde nos llevaron. Vi un edificio que no estaba terminado, con paredes, un techo pero nada más. Sin puertas ni ventanas. Nos metieron en un cuarto. Había casi cien personas con nosotros en aquel cuarto. Quizás 50… 75… no sé…

Thierry Meyssan: ¿Todos combatientes?

Yara Saleh: Sí, combatientes. Quizás 75 o 50, no sé cuántos. Pero todos golpeaban a mis compañeros, me gritaban en la cara, me escupían al rostro diciéndome groserías. “¿De dónde eres? ¿De qué religión?” Todos, lo que preguntaban era: ¿De dónde eres? ¿De qué religión? ¿Apoyas a Bachar al-Assad? ¿Apoyas al gobierno? Todas las preguntas eran sobre eso.

Thierry Meyssan: En un video que hicieron contigo después dicen que hay civiles muertos por los bombardeos del ejército.

Yara Saleh: Sí, me obligaron a decir eso.

Thierry Meyssan: También dicen que un miembro de tu equipo, al que le pidieron que hiciera un video, fue muerto por el ejército.

Yara Saleh: No. Al principio, cuando nos arrestaron y nos secuestraron, nos quitaron los teléfonos celulares, los revisaron y encontraron un video de un entrenamiento del ejército. Y nos dijeron: “Ustedes apoyan al ejército, al ejército sirio”. Y entonces se llevaron al chofer y al asistente que fue asesinado. Se los llevaron a los dos. Yo oí los disparos y entonces el chofer volvió solo. Le pregunté qué había pasado con Hatem y me dijo que ellos lo habían matado. Cuando se los llevaban, yo gritaba que me llevaran a mí y los dejaran a ellos. “Llévenme a mí, el problema es conmigo! ¡Yo soy la reportera! ¡Soy yo la que hice el reportaje!” Pero ellos dijeron que me iban a castigar, pero sola. Y se lo llevaron y lo mataron.

Thierry Meyssan: ¿Cómo te trataron a ti y a los otros miembros del equipo? ¿Cómo te trataron a ti?

Yara Saleh: Muy mal… muy mal. Siento tener que decirlo pero uno de ellos quiso violarme.

Thierry Meyssan: Pero son salafistas…

Yara Saleh: Entre ellos sí. Rezan, leen el Corán. Pero uno de ellos, que nos vigilaba para que no escapáramos, ese no rezaba solo, nada más cuando creía que el ejército estaba cerca y que iba a morir, entonces fue y rezó. Ese fue el que trató de violarme. Pero yo no lo permití.

Thierry Meyssan: En el texto que leyeron exigían que el gobierno retirara los puntos de control para que la gente pudiera regresar a la localidad.

Yara Saleh: Yo sé todo lo que exigían.

Thierry Meyssan: ¿Qué quería decir eso, en realidad?

Yara Saleh: En realidad quería decir que querían más armas, porque en un momento dado no tenían muchas armas.

Thierry Meyssan: Entonces, ¿estaban esperando otro grupo?

Yara Saleh: Sí, tenían contacto con el exterior. Tenían Internet por satélite.

Thierry Meyssan: Si tenían Internet por satélite, también tenían teléfono satelital…

Yara Saleh: Eso creo, pero no en el lugar donde nos metieron porque estuvimos en cuartos muy pequeños en varios lugares.

Thierry Meyssan: Ellos recibieron instrucciones desde el exterior, incluyendo el texto que leyeron en el video. ¿Sabes quién les daba las órdenes?

Yara Saleh: Ellos decían algo sobre “el Consejo”, pero no sé qué “Consejo” era ese.

Thierry Meyssan: ¿El Consejo?

Yara Saleh: Sí, pero de afuera. El decía: “Hablé con…”. Pero no decían los verdaderos nombres. Decían, por ejemplo, Abu Muawya, que no sé quién es. Pero en saudí dijo: “Hablé con mis amigos en Qatar y me dijeron que…” “Hablé con Turquía y me dijeron que…” Los oímos hablar por los walkies-talkies y oímos mucho nombres.

Thierry Meyssan: ¿Por qué apareciste con el velo en aquel video?

Yara Saleh: Ellos dijeron que tenía que usarlo porque eso era lo que decía el Islam… que tenía que usarlo, “¡Para cubrirte!”, me gritaron.

Thierry Meyssan: ¿Quieres decir que el programa político de esa gente es que te pongas un velo?

Yara Saleh: Lo principal que querían era que me pusiera el velo. Como dije antes, tenían un jeque y el grupo de salafistas, así que yo tenía que ponerme el velo. Incluso tenía que cubrirme los brazos porque lo que tenía puesto era la camisa que se ve en el televisor.

Thierry Meyssan: ¿Hablaste de política con ellos?

Yara Saleh: Hablé mucho con ellos, pero sólo con los combatientes normales, no con los jefes. Y no saben nada.

Thierry Meyssan: ¿Qué quieren exactamente?

Yara Saleh: Ni siquiera lo saben. Sólo piensan que basta un arma, un kalachnikov, para luchar contra el régimen.

Thierry Meyssan: Pero, ¿por qué quieren luchar contra el régimen?

Yara Saleh: Quieren morir para ir al Ganna. Quieren ir al cielo, porque si mueren se van al cielo.

Thierry Meyssan: ¿Pero por qué quieren derrocar el régimen?

Yara Saleh: Porque el líder es alauita, algunos decían eso.

Thierry Meyssan: ¿Por motivos religiosos?

Yara Saleh: Algunos decían eso. Otros decían: “Quiero luchar porque esto es la yihad y yo quiero ir al cielo”.

Thierry Meyssan: ¿Pero quién decidió que esto es la yihad?

Yara Saleh: Un jeque.

Thierry Meyssan: ¿Cuál?

Yara Saleh: No sé los nombres.

El primer día no nos dieron comida hasta la 1 o las 2 de la mañana. Fue entonces que nos trajeron comida. Era mala y yo no podía comer porque mi compañero acababa de morir y se la di a un gatito que se durmió conmigo. Tenía sed y le di agua en mi mano.

Thierry Meyssan: ¿Cómo los liberó el ejército?

Yara Saleh: Creo que el ejército interceptó sus comunicaciones porque sabía que nos iban a trasladar para otra ciudad. Teníamos que pasar por una montaña. Íbamos caminando . Habia sólo maleza, no había edificios. Caminábamos en fila india y el que estaba cerca de mí decía que si nos encontrábamos con el ejército iba a ponerme su arma en la cabeza y amenazar con matarme para que los dejaran ir y todo eso. “Sobre todo a ti porque eres una mujer y se van a preocupar por ti.” Y cuando nos llevaban, de pronto hubo una luz. Sin explosión, nada más que luz… y muchos disparos, desde la cima de la montaña hacia abajo…

Yo vi la luz y mi reflejo fue tirarme al suelo y quedarme en el suelo hasta que cesaron los disparos. Y después hubo otra luz. Pero yo ya me había movido porque había visto que los disparos venían de arriba hacia abajo, así que me moví y me puse detrás de un montículo hasta que se terminó todo. Ellos trataron de llevarme pero yo me defendí y entonces hubo otra luz y ellos se escondieron hasta que se terminó la luz y huyeron.

Yo no sabía qué había pasado con mis compañeros porque no podía verlos. Todo fue sorpresivo. Yo estaba a un lado de la fila porque iba caminando y me salí un poco de la fila. Y me pareció que los disparos venían de detrás, no de frente a ellos. Ellos estaban huyendo y yo me quedé donde estaba. Mi compañero Abdalla hizo lo mismo. Pero ellos lograron llevarse al chofer, Hassan. Yo me quedé sin moverme unos 20 minutos, hasta que terminó todo. No se oían voces. Entonces empecé a gritar, porque yo sabía que era el ejército sirio, y grité: “¡Soy de Syria News! ¡Al-IkhbariyaTV! ¡El canal sirio!”

Me contestaron: “ ¡Yara, sabíamos que estabas aquí. Lo sentimos mucho por todo este peligro pero teníamos que liberarlos! ¡Vengan!”

Y me llevaron con ellos. Y yo lloraba, al principio, y les decía que los otros se habían llevado a mis compañeros. Pero ellos me contestaron que no, que Abdallah estaba con nosotros. O sea que hicimos lo normal, Abdallah y yo, lo que teníamos que hacer. Y era lo mismo que tenía en mente el ejército. Ellos nos vieron pasar, esperaron a que estuviéramos en el medio y dispararon desde atrás, no desde el frente. Nosotros nos quedamos donde estábamos, a cubierto, en vez de retroceder, estábamos sanos y salvos. Y cuando todo terminó fuimos hacia el ejército.

Thierry Meyssan: Según fuentes militares, en ese combate hubo unos 200 combatientes muertos y los demás escaparon. ¿Correcto?

Yara Saleh: ¿Los combatientes que trataban de escapar? Eran unos 250 o 300. Pero no sé, todos los días ellos venían y decían que tenían muchos muertos. Los oí hablar de 300 o 400. No sé. Oíamos cifras, pero no de los líderes. Los líderes no hablan con nosotros. Y cada 10 minutos venía alguien y nos decía: “Los vamos a matar”, sólo eso. Cinco minutos después venía otro y nos decía: “Estamos a punto de liberarlos. No se preocupen.” O sea…

Thierry Meyssan: Una guerra de nervios…

Yara Saleh: Lo hacían constantemente. Había uno que nos decía: “Los voy a descuartizar para dar de comer a los perros.” Le pregunté a uno de ellos lo que iban a hacer si el gobierno y el ejército aceptaban todos sus exigencias y me respondió: “Mantenerte aquí para exigir más cosas.” Eso fue lo que me dijo, que iban a pedir más.

Thierry Meyssan: Ahora que estás libre, ¿sabes que en Europa mucha gente trató de ayudarlos a ustedes? Le escribieron al presidente francés Hollande diciéndole: “Sabemos que usted está en contacto que el Ejército ‘Libre Sirio’. Usted tiene que exigirles que liberen a Yara. ¿Tienes algo que decirles a todos los trataron de ayudarte haciendo lo que podían desde Europa?

Yara Saleh: Quiero decirles, muchas gracias. Finalmente, estoy libre. Por supuesto, el ejército sirio… ellos son mis héroes, pero ustedes también lo son. Muchísimas gracias. Yo sé que es gracias al apoyo de ustedes, gracias a sus plegarias, que estoy libre ahora. Gracias. Es una experiencia que no le deseo a nadie en el mundo, créanme. Fue tan difícil, extrañaba el sol, extrañaba a mis padres, extrañaba a todos. Pero finalmente estoy libre, gracias a Dios. Sobre todo las muchachas, espero que nunca tengan que vivir nada parecido.

Thierry Meyssan: Gracias, Yara.

Thierry Meyssan

http://www.voltairenet.org/Yara-Saleh-prisionera-de-los

miércoles, 25 de julio de 2012

Informe de Thierry Meissan desde Damasco:”El volcán ha sido apagado”

Informe del responsable de la red Voltaire sobre la derrota de los contras en Damasco

El periodista francés Thierry Meissan, responsable de la Red Voltaire ha ofrecido un reportaje en video el pasado 23 de julio sobre la victoria del Ejército sirio sobre lo que él llama “contras” en recuerdo del mismo término empleado para designar a los mercenarios de la CIA lanzados en los años 80 contra la joven Revolución sandinista. Desde la cumbre de la montaña que domina Damasco el periodista informa que la ciudad ha sufrido el ataque de una oleada de mercenarios que han penetrado en Siria desde Jordania, Irak, Líbano y Turquía. Pero la batalla ha terminado con la victoria de las fuerzas armadas sirias.

En el momento en que Meissan habla se producen los últimos combates en el barrio de Jobar al fondo, lejos, imperceptible a la vista desde el punto en que se encuentra. Señala que es un combate de calle sin empleo de artillería salvo algún disparo aislado de mortero. La cámara se detiene en la amplia Plaza de los Omeyas que se observa en plena calma. Allí el gran edificio negro de la TV siria está fuertemente protegido puesto que se sabe, afirma el periodista, que la OTAN quiere destruirla, como ya hizo, decimos nosotros, con la RTV serbia en Belgrado en 1999. La última gran batalla de Damasco se ha producido el 22 de julio en las huertas de Mezzeh, zona de embajadas boscosa donde abundan unos grandes arbustos que siguen quemándose en el momento de realizar el reportaje. El periodista informa que la mayoría de los mercenarios de Mezzeh eran egipcios y jordanos mientras que los de Jobar con somalíes y sudaneses.

Una verdadera “legión extranjera” mercenaria no al servicio de Alah sino de la CIA y de Israel. Meissan observa que no vuelan ni aviones de guerra ni helicópteros y que la situación está tranquila. El ejército sirio puede disfrutar de su victoria y el pueblo damasceno de descanso tras días horribles a causa del envio por el imperialismo de hordas de criminales armados. La cámara se detiene en la Gran Mezquita de Damasco que conserva la reliquia de San el Bautista que es considerado un santo por las tres religiones monoteistas de la región, el judaismo, el cristianismo y el Islám. De modo que durante siglos han orado juntos en dicho templo los fieles de dichas religiones. Tras la creación de Israel se han marchado los judíos sirios pero siguen orando juntos cristianos y musulmanes.
El llamado “Ejército sirio libre” quiere acabar con esta sociedad multiconfesional instaurando la dictadura de una confesión sobre las demás. Uno de sus jefes ha prometido que el día 15 del Ramadán conquistarán Damasco e irá a rezar en la mencionada mezquita. Lo veremos

De momento lo evidente es que los contras han sido expulsados de Damasco.

Funerales cristianos al ministro de defensa Daud Rajha

Terroristas

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http://resistencialibia.info/?p=4288

Thierry Meyssan: Damas, Le Volcan un été éteint



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lunes, 18 de junio de 2012

Observadores en Siria ¿provocación de guerra? En opinión de varios expertos, la misión de la ONU en Siria no es imparcial



La intervención militar de EE. UU. en Siria es solo cuestión de tiempo, aseguran en los medios fuentes de la Casa Blanca. La suspensión de la misión de paz de los observadores de la ONU podría ayudar a crear el ambiente necesario para el inicio de una guerra.

El viernes pasado, el general Robert Mood, jefe de la misión de la ONU en Siria, dijo: “Es importante que ambas partes den oportunidad a la misión y a la comunidad internacional para servir de la mejor manera posible a las aspiraciones del pueblo sirio”. La declaración no dejó dudas de que los observadores seguirían con su trabajo. Sin embargo, al día siguiente la situación dio un drástico viraje. "Los observadores no continuarán con sus patrullajes y permanecerán en sus puestos hasta próximo aviso", anunció el general.

Estas contradictorias declaraciones del general noruego se dieron en 24 horas. Las razones oficiales para la suspensión de la misión fueron la escalada de violencia y el rechazo de ambas partes a cesar los enfrentamientos armados. Esto, según el jefe de los observadores, obliga a trabajar en condiciones de constante riesgo, lo que les impide cumplir la misión. Sin embargo, algunos expertos consideran que las verdaderas razones de esta decisión son otras.

“Razones de seguridad no creo que sean porque este conflicto ya lleva varios meses. Es más porque EE. UU. ha empezado a movilizar a sus tropas en varios países (concretamente a España). Esto se ha hecho de forma que se ve imposible una solución pacífica”, dijo la escritora y analista independiente Concheta Dellavernia.

Como prueba de esto, inmediatamente tras el anuncio de la suspensión de la misión de observadores, el portavoz del Consejo Nacional de Seguridad de EE. UU. aseguró que Washington analiza junto a sus aliados los próximos pasos para la transición política en Siria sin el presidente Bashar al Assad.

Damasco, como ya es habitual, culpó del cese de la misión a los grupos armados y a las “potencias externas” que suministran armas a los integrantes del así llamado Ejército Libre Sirio. Además, muchos analistas aseguran que desde el principio la misión no fue imparcial y sirvió más bien como un instrumento para crear un ambiente informativo amañado. Lo que continúa tras anunciarse la suspensión de la misión de observadores.

“Estoy muy decepcionado de esta misión de la ONU. Dudo de su objetividad y sinceridad. Además, podemos ver que la OTAN utiliza la misión para crear información falsa”, opina Thierry Meyssan, periodista y activista político.

De cualquier forma, con esta inesperada interrupción, la misión de las Naciones Unidas podría pasar de ser una propuesta para dar cierta estabilidad a la situación en Siria, a convertirse en un factor para desestabilizar la frágil tregua del país.

Tras el cierre de la misión de observadores de la ONU el pueblo sirio se queda solo en el campo de batalla. Lo que tal vez signifique una buena oportunidad para que Occidente entienda que son los mismos sirios los responsables de acabar con el caos y empezar el diálogo contructivo, dejando las sospechas y las armas.

Artículo completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/47135-Observadores-en-Siria-provocaci%C3%B3n-de-guerra