El presidente de EEUU, Donald Trump, pronunció el viernes por la noche su discurso en el que reveló su estrategia anti-iraní lanzando un cúmulo de mentiras y afirmaciones absurdas contra Irán.
Él comenzó su discurso remontándose a la crisis de los rehenes de 1979 y anunció al final que no certificaría el cumplimiento por parte de Irán de sus compromisos recogidos en el acuerdo nuclear acusando a este país de violaciones que no existen más que en su imaginación, ya que tanto el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) como la Unión Europea han certificado tal cumplimiento.
En una muestra de cinismo sin precedentes, él acusó también a Irán de las guerras del Daesh en Siria e Iraq cuando él mismo criticó, durante su campaña electoral, a la Administración Obama por ser supuestamente la responsable del crecimiento del grupo terrorista, que EEUU ha estado apoyando, ya sea de forma directa o indirecta, en las últimas semanas en Siria, según denuncias de Rusia, Siria y otras partes.
Trump llegó incluso a acusar a Irán de “respaldar a los atacantes del 11-S” en un momento en el que su aliado, Arabia Saudí, está siendo demandada por las víctimas del 11-S ante los tribunales estadounidenses por el apoyo de sus agentes y funcionarios a los terroristas que cometieron los atentados y que eran, en su mayoría, saudíes.
Él acusó también a Irán de “intimidar” a los inspectores para que no accedieran a los sitios militares de Irán, cuya inspección no está recogida en el acuerdo, salvo en el caso de que hubiera una sospecha sustancial de actividades nucleares en los mismos, lo cual no es para nada el caso. El OIEA jamás ha denunciado tampoco tal “intimidación”.
Trump afirmó además que el pueblo iraní quería “interactuar con sus vecinos”, una afirmación risible ya que Irán tiene unas relaciones muy buenas con los países de su alrededor, que en algunos casos, como en los de Siria, Iraq o Rusia, son sus aliados. Millones de iraníes visitan Iraq cada año. Afganistán o Azerbaiyán son también países que cuentan con una buena relación con Irán. En el caso de Turquía, su presidente, Recep Tayyip Erdogan, acaba de realizar una visita exitosa a Teherán para estrechar sus relaciones con Irán.
Las alegaciones eran tan disparatadas que al final incluso el propio Trump pareció dar a entender que sabía que ellas no serían tomadas en serio por nadie e insistió en que eran “hechos”.
Al final, será el Congreso de EEUU el que tendrá que decidir al final si reinstaurará o no las sanciones contra Irán, algo que el propio Trump podría haber decidido personalmente, pero que al final no quiso o pudo hacer.
Source: Sitio de Al Manar en Español http://spanish.almanar.com.lb
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