El presidente estadounidense, Barack Obama, enfrenta hoy una difícil decisión sobre la creciente crisis en Iraq que amenaza con la caída del gobierno en ese país.
El jueves el mandatario mantuvo una reunión con su equipo de seguridad nacional para evaluar el desarrollo de la situación en esa nación árabe, donde grupos terroristas avanzan sobre la capital del país y amenazan con tomarla.
Según funcionarios del Consejo de Seguridad que pidieron el anonimato, la Casa Blanca valora la posibilidad de brindar apoyo aéreo al gobierno de Bagdad y descarta el despliegue de militares sobre el terreno para detener la ofensiva del grupo Estado Islámico de Iraq y Levante (EIIL).
El gobierno de Obama se enfrenta a su peor escenario en Iraq, que parece estar a punto de desmoronarse cuando militantes islámicos marchan sobre Bagdad, señala este viernes el diario digital The Hill.
Mientras tanto, los republicanos en el Congreso arrecian sus ataques contra el gobierno, con el argumento de que la falta de un acuerdo de seguridad antes de la retirada de las tropas del Pentágono propició el actual escenario bélico.
El exembajador estadounidense en Bagdad John Negroponte expresó que tal acuerdo probablemente habría hecho una diferencia significativa en Iraq.
Es respuesta a las críticas Obama dijo que todas las opciones están sobre la mesa y la decisión puede ser tomada muy pronto.
La mayoría de los observadores coinciden, sin embargo, que la administración tiene pocas alternativas para seguir adelante y que el envío de tropas de tierra no está en la mente de la Casa Blanca y de los republicanos en el Congreso.
La crisis y el rápido deterioro de la situación, por otra parte, abren interrogantes en Washington acerca de si lo mismo va a suceder en Afganistán cuando todas las tropas estadounidenses abandonen el país a finales de 2016 como plantea el ejecutivo.
Estos temores se acrecientan entre los estadounidenses cuando algunos análisis advierten de que una gran guerra parece cercana a la realidad, comentó este viernes un artículo del diario The New York Times.
(Prensa Latina)
La guerra relámpago tomó por sorpresa a la Administración de EEUU
Congresistas critican papel de asesores de Obama ante crisis en Iraq
Los principales asesores de seguridad nacional del presidente estadounidense, Barack Obama, son blanco de ataques de congresistas demócratas y republicanos tras el agravamiento de la situación en Iraq, señala hoy el diario The Hill.
Los legisladores cuestionan el hecho de que la Casa Blanca no previó el colapso de las fuerzas armadas iraquíes ante el avance de efectivos de la organización terrorista Estado Islámico de Iraq y Levante (EIIL) y grupos aliados, quienes ocuparon varias ciudades del país árabe y avanzan hacia Bagdad.
En particular los republicanos "piden que rueden las cabezas, mientras los demócratas son lentos en defender al grupo de asesores de seguridad de Obama que tiene una larga lista de actuaciones cuestionables", añade el artículo firmado por el periodista Alexander Bolton.
El senador republicano John McCain pidió la víspera la renuncia de todos los asistentes del mandatario en esta esfera, comenzando por el presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor de las fuerzas armadas norteamericanas, general Martin Dempsey, principal consejero del jefe de la Casa Blanca en temas castrenses.
Los legisladores de ambos partidos ven con desconfianza la decisión de Obama de liberar a cinco afganos presos en la cárcel de la base naval que Estados Unidos mantiene en Guantánamo, en el este de Cuba, contra la voluntad del pueblo y gobierno de la isla caribeña.
Además, un grupo importante de miembros del Capitolio ahora están preocupados porque esta "guerra relámpago en Iraq tomó por sorpresa a la Administración", añade The Hill.
Las fuerzas del EIIL ocuparon bases militares, capturaron armamentos, municiones y vehículos blindados, saquearon cerca de 500 millones de dólares de los bancos y liberaron a elementos terroristas de las prisiones.
Según The Hill, en un margen de pocos días, los insurgentes amenazan con desintegrar los supuestos avances de las fuerzas estadounidenses y de la coalición durante la ocupación del país árabe de 2003 a 2012, que provocó la muerte a más de cuatro mil 480 militares norteamericanos, a un costo de más de dos billones de dólares.
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