Los combates en la ciudad oriental libia de Bengasi han dejado en estos días un balance provisional de 24 muertos y 150 heridos, según reportes fragmentarios que varían a medida que prosigue la violencia.
Fuerzas leales al general retirado Jalifa Haftar, apoyadas por la Fuerza Aérea, atacaron y controlan las bases de dos milicias extremistas, la Brigada 17 de Febrero, y Ansar Al Sharia, en una acción desautorizada por las autoridades centrales, lo que ha generado una mayor confusión.
En febrero pasado Haftar apareció ante la prensa vestido de uniforme militar y demandó la creación de un consejo presidencial para sustituir al Congreso General Nacional (CGN) el ente que ejerce de facto y en paralelo los poderes Legislativo y Ejecutivo, cuyo mandato había vencido.
Las formulaciones de Haftar dieron pie a versiones sobre un intento de golpe de estado, pero no llegaron a más.
Tras el estallido de los combates, portavoces del general retirado, que autodenomina a sus leales Ejército Nacional Libio, anunciaron el propósito de expulsar de Bengasi a las milicias cuenta habida la inacción del CGN para proteger a la población civil.
De inmediato un vocero del Ministerio de Defensa aseguró que las Fuerzas Armadas no participan en los combates, en contradicción con los reportes sobre el bombardeo aéreo y testimonios de residentes en Bengasi según los cuales militares desplegados en esa ciudad se han sumado a las fuerzas de Haftar.
El primer ministro dimitente Abdulá al Zini declaró a la televisión que “en Libia no hay lugar para el terrorismo, pero cualquier acción militar sin autorización de las autoridades es ilegal”.
Las contradicciones aumentan el estado de confusión reinante en este país, sumergido en el caos desde el derrocamiento en 2011 por una agresión militar de la OTAN del Gobierno liderado por Muamar Gadafi.
El Ministerio de Defensa anunció por su parte que el Ejército recibió órdenes de impedir la entrada en Bengasi de contingentes armados.
La desconfianza en la capacidad del CGN para controlar la situación quedó en evidencia desde mediados de esta semana cuando las fuerzas navales estadounidenses en el Mediterráneo fueron puesta en alerta ante la posibilidad de una crisis en Libia.
De su parte, la embajada de Argelia cesó su actividad en Libia debido a la posibilidad de ataques contra sus sedes y personal.
Al presente resulta difícil determinar si los combates en Bengasi, donde la violencia es algo cotidiano, es una acción concertada bajo cuerda o es el germen de un movimiento más vasto contra el CGN.
Source: Agencias 19-05-2014
Fuerzas leales al general retirado Jalifa Haftar, apoyadas por la Fuerza Aérea, atacaron y controlan las bases de dos milicias extremistas, la Brigada 17 de Febrero, y Ansar Al Sharia, en una acción desautorizada por las autoridades centrales, lo que ha generado una mayor confusión.
En febrero pasado Haftar apareció ante la prensa vestido de uniforme militar y demandó la creación de un consejo presidencial para sustituir al Congreso General Nacional (CGN) el ente que ejerce de facto y en paralelo los poderes Legislativo y Ejecutivo, cuyo mandato había vencido.
Las formulaciones de Haftar dieron pie a versiones sobre un intento de golpe de estado, pero no llegaron a más.
Tras el estallido de los combates, portavoces del general retirado, que autodenomina a sus leales Ejército Nacional Libio, anunciaron el propósito de expulsar de Bengasi a las milicias cuenta habida la inacción del CGN para proteger a la población civil.
De inmediato un vocero del Ministerio de Defensa aseguró que las Fuerzas Armadas no participan en los combates, en contradicción con los reportes sobre el bombardeo aéreo y testimonios de residentes en Bengasi según los cuales militares desplegados en esa ciudad se han sumado a las fuerzas de Haftar.
El primer ministro dimitente Abdulá al Zini declaró a la televisión que “en Libia no hay lugar para el terrorismo, pero cualquier acción militar sin autorización de las autoridades es ilegal”.
Las contradicciones aumentan el estado de confusión reinante en este país, sumergido en el caos desde el derrocamiento en 2011 por una agresión militar de la OTAN del Gobierno liderado por Muamar Gadafi.
El Ministerio de Defensa anunció por su parte que el Ejército recibió órdenes de impedir la entrada en Bengasi de contingentes armados.
La desconfianza en la capacidad del CGN para controlar la situación quedó en evidencia desde mediados de esta semana cuando las fuerzas navales estadounidenses en el Mediterráneo fueron puesta en alerta ante la posibilidad de una crisis en Libia.
De su parte, la embajada de Argelia cesó su actividad en Libia debido a la posibilidad de ataques contra sus sedes y personal.
Al presente resulta difícil determinar si los combates en Bengasi, donde la violencia es algo cotidiano, es una acción concertada bajo cuerda o es el germen de un movimiento más vasto contra el CGN.
Source: Agencias 19-05-2014
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