Un creciente número de medios internacionales están en la actualidad describiendo una serie de hechos terribles y aterradores en las zonas de Alepo y otras localidades y pueblos de Siria que han caído en manos de los rebeldes. Los informes hablan de numerosos crímenes cometidos por los grupos armados en estas zonas y de protestas de la población local contra estos militantes, muchos de los cuales son extranjeros.
Fadi Salem, un académico sirio de la región del Golfo que visitó Alepo recientemente, escribió que incluso aquellos en Alepo que habían previamente apoyado la rebelión han cambiado de opinión debido a la violencia que se ha producido tras la llegada de rebeldes armados a la ciudad. “La población no estaba preparada para esto. Los rebeldes armados no son en su mayoría de la ciudad. Ellos no tienen un apoyo popular,” señaló.
Fadi Salem, un académico sirio de la región del Golfo que visitó Alepo recientemente, escribió que incluso aquellos en Alepo que habían previamente apoyado la rebelión han cambiado de opinión debido a la violencia que se ha producido tras la llegada de rebeldes armados a la ciudad. “La población no estaba preparada para esto. Los rebeldes armados no son en su mayoría de la ciudad. Ellos no tienen un apoyo popular,” señaló.
Mientras los medios occidentales continúan insistiendo en que estos grupos apoyan la creación de una “democracia sana” y un “estado de derecho”, la realidad parece ser un poco diferente. Uno de ellos, el Comité Revolucionario de Alepo, ha instalado recientemente un “emirato islámico” de tipo talibán en las tres áreas que todavía controla de la ciudad, como ocurrió anteriormente en el barrio de Baba Amr (Homs) antes de su reconquista por el Ejército.
Los “herejes”, según sus puntos de vista extremistas –sunníes no wahabíes, sufíes, shiíes, alauíes e ismaelíes- y los “infieles” –cristianos-, han sido expulsados de estas áreas y sus pertenencias han sido confiscadas. Las nuevas autoridades “revolucionarias” han creado también un “Comité para Ordenar el Bien y Prohibir los Actos Impíos”, una policía religiosa de estilo saudí, que castiga a aquellos que no siguen su interpretación particular de la religión.
El periodista alemán Daniel Etter escribió recientemente un reportaje en el periódico alemán Die Frankfurter Allgemeine Zeitung acerca de su visita a las localidades controladas por los rebeldes cerca de Alepo. En dicho artículo, él sugiere que todos los rebeldes son miembros de grupos extremistas. El artículo de Etter también proporciona una evidencia de que las autoridades rebeldes someten a los civiles a arrestos arbitrarios y torturas y ejecutan de forma sumaria a los miembros del Ejército regular que capturan. En la ciudad de Maraa, al norte de Alepo, Etter vio a unos 120 prisioneros, aparentemente civiles, “ser llevados a una gran sala” de lo que anteriormente había sido una escuela. “Muchos de los prisioneros mostraban señales de abusos”, indicó. Los grupos rebeldes han dejado claro también que tienen intención de acabar con los partidarios del gobierno sirio.
Lo que Etter describe en su artículo son claramente crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Sin embargo, en lo que se refiere a los crímenes y atrocidades cometidos por los militantes sirios y extranjeros, las supuestas sensibilidades morales de Occidente dan paso a una total indiferencia.
El papel del Frente Nusra
Los “herejes”, según sus puntos de vista extremistas –sunníes no wahabíes, sufíes, shiíes, alauíes e ismaelíes- y los “infieles” –cristianos-, han sido expulsados de estas áreas y sus pertenencias han sido confiscadas. Las nuevas autoridades “revolucionarias” han creado también un “Comité para Ordenar el Bien y Prohibir los Actos Impíos”, una policía religiosa de estilo saudí, que castiga a aquellos que no siguen su interpretación particular de la religión.
El periodista alemán Daniel Etter escribió recientemente un reportaje en el periódico alemán Die Frankfurter Allgemeine Zeitung acerca de su visita a las localidades controladas por los rebeldes cerca de Alepo. En dicho artículo, él sugiere que todos los rebeldes son miembros de grupos extremistas. El artículo de Etter también proporciona una evidencia de que las autoridades rebeldes someten a los civiles a arrestos arbitrarios y torturas y ejecutan de forma sumaria a los miembros del Ejército regular que capturan. En la ciudad de Maraa, al norte de Alepo, Etter vio a unos 120 prisioneros, aparentemente civiles, “ser llevados a una gran sala” de lo que anteriormente había sido una escuela. “Muchos de los prisioneros mostraban señales de abusos”, indicó. Los grupos rebeldes han dejado claro también que tienen intención de acabar con los partidarios del gobierno sirio.
Lo que Etter describe en su artículo son claramente crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Sin embargo, en lo que se refiere a los crímenes y atrocidades cometidos por los militantes sirios y extranjeros, las supuestas sensibilidades morales de Occidente dan paso a una total indiferencia.
El papel del Frente Nusra
Por otro lado, alrededor del 80% de los grupos armados, incluyendo el poderoso Frente Nusra (Yabhat al Nusra), que posee conexiones con Al Qaida, han creado un centro de mando cerca de la ciudad de Idlib, en el noroeste de Siria. Todos los miembros de este mando han reconocido a Sheij Adnan al Arur como su líder espiritual. Aquellos comandantes que no se mostraron de acuerdo con esta línea extremista han sido asesinados y sólo los salafíes o wahabíes permanecen.
Davig Ignatius, un columnista de política internacional del Washington Post, ha escrito que el Frente Nusra ahora tiene unos 10.000 combatientes en Siria y constituye “la arma más agresiva y exitosa de la fuerza rebelde.” En la guerra que tiene lugar en el país, el Frente Nusra y otros grupos similares están haciendo los mayores esfuerzos de lucha en los frentes.
Davig Ignatius, un columnista de política internacional del Washington Post, ha escrito que el Frente Nusra ahora tiene unos 10.000 combatientes en Siria y constituye “la arma más agresiva y exitosa de la fuerza rebelde.” En la guerra que tiene lugar en el país, el Frente Nusra y otros grupos similares están haciendo los mayores esfuerzos de lucha en los frentes.
Según el New York Times, el Frente Nusra es “una filial de Al Qaida en Iraq”, indicaron responsables y antiguos insurgentes iraquíes, que añadieron que este grupo iraquí “ha contribuido con combatientes veteranos y armas” a la insurgencia en Siria. “Esto es una simple forma de devolver el favor a nuestros hermanos sirios que lucharon con nosotros en las tierras de Iraq,” dijo un veterano de Al Qaida en Iraq, que afirmó haber contribuido a los esfuerzos del Frente de Nusra en Siria, al Times.
El periódico añade que el grupo “mató a numerosos soldados estadounidenses en Iraq y provocó un amplio conflicto sectario con atentados suicidas contra shiíes y seguidores de otras religiones, así como contra sus adversarios ideológicos. El grupo iraquí jugó un papel activo en la fundación del Frente Nusra y le suministró dinero, expertos y combatientes, dijo el mayor Faisal al Issawi, un oficial de seguridad iraquí que vigila las actividades del grupo Al Qaida en Iraq en la provincia de Anbar”.
El Frente Nusra y otros grupos similares han rechazado públicamente también la autoridad de la Coalición Nacional de las Fuerzas Sirias Revolucionarias y de Oposición, que ha sido reconocida por EEUU, algunos gobiernos europeos y las monarquías del Golfo Pérsico como el “legítimo representante” de la oposición exterior e interior. Los militantes han calificado la creación de esta coalición de “un complot dirigido por Occidente”.
Washington descubre el terrorismo en Siria
El periódico añade que el grupo “mató a numerosos soldados estadounidenses en Iraq y provocó un amplio conflicto sectario con atentados suicidas contra shiíes y seguidores de otras religiones, así como contra sus adversarios ideológicos. El grupo iraquí jugó un papel activo en la fundación del Frente Nusra y le suministró dinero, expertos y combatientes, dijo el mayor Faisal al Issawi, un oficial de seguridad iraquí que vigila las actividades del grupo Al Qaida en Iraq en la provincia de Anbar”.
El Frente Nusra y otros grupos similares han rechazado públicamente también la autoridad de la Coalición Nacional de las Fuerzas Sirias Revolucionarias y de Oposición, que ha sido reconocida por EEUU, algunos gobiernos europeos y las monarquías del Golfo Pérsico como el “legítimo representante” de la oposición exterior e interior. Los militantes han calificado la creación de esta coalición de “un complot dirigido por Occidente”.
Washington descubre el terrorismo en Siria
El rechazo del Frente Nusra y otros grupos que luchan sobre el terreno a la Coalición Nacional de Fuerzas Sirias Revolucionarias y de Oposición, apoyada por EEUU, ha irritado a Washington, que hizo un notorio esfuerzo con el fin de crearla en la esperanza de que pueda convertirse en un futuro gobierno títere en Siria. Este hecho deja claro que la coalición no tiene un apoyo real dentro de Siria.
La coalición fue creada bajo la dirección del Departamento de Estado de EEUU y el embajador norteamericano en Siria, Robert Ford, en un hotel de cinco estrellas en Doha en noviembre. Su líder, Ahmed Moaz al Jatib, que está siendo descrito como un “moderado” en los medios occidentales, es conocido por sus incendiarios discursos sectarios. Su principal calificación para el liderazgo parece ser su antigua y estrecha relación con la corporación Shell Oil.
El 13 de diciembre, el Departamento de Estado de EEUU designó formalmente al Frente Nusra como “organización terrorista extranjera”. En una teleconferencia con un grupo selecto de periodistas, un alto responsable del Departamento de Estado justificó esta designación acusando a la organización de lanzar “cientos de ataques, casi 600, en grandes centros urbanos de Siria en la que numerosos sirios inocentes han resultado muertos y heridos”.
Esta declaración fue rápidamente condenada no sólo por los grupos más extremistas, que acusaron a EEUU de llevar a cabo una abierta injerencia en el conflicto sirio, sino también por miembros del Ejército Sirio Libre, apoyado por Washington, que salieron públicamente en defensa de su aliado.
Con esta decisión, Washington fingió haber descubierto que los terroristas sirios están cometiendo atrocidades en el país. En el pasado, la Administración estadounidense había rechazado como una “distracción” las afirmaciones del gobierno sirio de que estaba siendo objeto de un ataque de grupos terroristas internacionales.
Ésta es otra prueba de la hipocresía de Washington. En 2003, la Administración justificó la guerra y la invasión de Iraq no sólo con alegaciones sobre las inexistentes armas de destrucción masiva de Iraq, sino también con otra falsa afirmación: los vínculos entre el antiguo régimen iraquí y Al Qaida. Sin embargo, mientras la alegación de una conexión entre Al Qaida e Iraq fue una completa fabricación, ha quedado claro que los grupos y combatientes vinculados a Al Qaida están desempeñando un papel decisivo en el conflicto sirio. Sin embargo, la Administración Obama guarda silencio sobre este hecho.
Este silencio puede ser explicado porque los grupos terroristas que operan dentro de Siria actúan en realidad en beneficio de EEUU en la guerra en favor de un cambio de régimen en Siria. Ellos han sido armados y financiados por dos aliados de Washington, Qatar y Arabia Saudí, y han lanzado una brutal guerra sectaria que busca destruir a Siria y crear las condiciones necesarias para la imposición de un régimen títere de EEUU en el país. Washington está apoyando a las fuerzas extremistas takfiris en varias naciones de Oriente Medio porque ellas promueven un conflicto sectario dirigido a debilitar la influencia de Irán, un país de mayoría shií.
Sin embargo, el apoyo estadounidense a tales fuerzas podría tener un efecto contrario al esperado, como sucedió en Libia donde el Consulado de EEUU y una instalación secreta de la CIA en Bengasi fueron asaltados el pasado mes de septiembre por elementos vinculados a Al Qaida. No hay duda de que algunos expertos en Washington ven una amenaza similar en Siria. Joseph Holliday, un analista del Instituto para el Estudio de la Guerra, ha advertido que “la emergencia de células terroristas que trabajan contra el régimen sirio supone un riesgo para EEUU y un desafío para aquellos que piden un apoyo material a la oposición armada”.
Los neocon estadounidenses rechazan este punto de vista y afirman que EEUU debería armar a las milicias vinculadas a Al Qaida con el fin de derribar a Assad. En la revista neocon Weekly Standard, un reciente artículo de Lee Smith criticaba duramente a Barack Obama y su administración porque ellos no han empleado la fuerza contra Siria.
Source: Sitio de Al Manar en Español
La coalición fue creada bajo la dirección del Departamento de Estado de EEUU y el embajador norteamericano en Siria, Robert Ford, en un hotel de cinco estrellas en Doha en noviembre. Su líder, Ahmed Moaz al Jatib, que está siendo descrito como un “moderado” en los medios occidentales, es conocido por sus incendiarios discursos sectarios. Su principal calificación para el liderazgo parece ser su antigua y estrecha relación con la corporación Shell Oil.
El 13 de diciembre, el Departamento de Estado de EEUU designó formalmente al Frente Nusra como “organización terrorista extranjera”. En una teleconferencia con un grupo selecto de periodistas, un alto responsable del Departamento de Estado justificó esta designación acusando a la organización de lanzar “cientos de ataques, casi 600, en grandes centros urbanos de Siria en la que numerosos sirios inocentes han resultado muertos y heridos”.
Esta declaración fue rápidamente condenada no sólo por los grupos más extremistas, que acusaron a EEUU de llevar a cabo una abierta injerencia en el conflicto sirio, sino también por miembros del Ejército Sirio Libre, apoyado por Washington, que salieron públicamente en defensa de su aliado.
Con esta decisión, Washington fingió haber descubierto que los terroristas sirios están cometiendo atrocidades en el país. En el pasado, la Administración estadounidense había rechazado como una “distracción” las afirmaciones del gobierno sirio de que estaba siendo objeto de un ataque de grupos terroristas internacionales.
Ésta es otra prueba de la hipocresía de Washington. En 2003, la Administración justificó la guerra y la invasión de Iraq no sólo con alegaciones sobre las inexistentes armas de destrucción masiva de Iraq, sino también con otra falsa afirmación: los vínculos entre el antiguo régimen iraquí y Al Qaida. Sin embargo, mientras la alegación de una conexión entre Al Qaida e Iraq fue una completa fabricación, ha quedado claro que los grupos y combatientes vinculados a Al Qaida están desempeñando un papel decisivo en el conflicto sirio. Sin embargo, la Administración Obama guarda silencio sobre este hecho.
Este silencio puede ser explicado porque los grupos terroristas que operan dentro de Siria actúan en realidad en beneficio de EEUU en la guerra en favor de un cambio de régimen en Siria. Ellos han sido armados y financiados por dos aliados de Washington, Qatar y Arabia Saudí, y han lanzado una brutal guerra sectaria que busca destruir a Siria y crear las condiciones necesarias para la imposición de un régimen títere de EEUU en el país. Washington está apoyando a las fuerzas extremistas takfiris en varias naciones de Oriente Medio porque ellas promueven un conflicto sectario dirigido a debilitar la influencia de Irán, un país de mayoría shií.
Sin embargo, el apoyo estadounidense a tales fuerzas podría tener un efecto contrario al esperado, como sucedió en Libia donde el Consulado de EEUU y una instalación secreta de la CIA en Bengasi fueron asaltados el pasado mes de septiembre por elementos vinculados a Al Qaida. No hay duda de que algunos expertos en Washington ven una amenaza similar en Siria. Joseph Holliday, un analista del Instituto para el Estudio de la Guerra, ha advertido que “la emergencia de células terroristas que trabajan contra el régimen sirio supone un riesgo para EEUU y un desafío para aquellos que piden un apoyo material a la oposición armada”.
Los neocon estadounidenses rechazan este punto de vista y afirman que EEUU debería armar a las milicias vinculadas a Al Qaida con el fin de derribar a Assad. En la revista neocon Weekly Standard, un reciente artículo de Lee Smith criticaba duramente a Barack Obama y su administración porque ellos no han empleado la fuerza contra Siria.
Source: Sitio de Al Manar en Español
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