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martes, 24 de septiembre de 2013

¿Está ganando Siria la batalla de la opinión pública?




Los medios estadounidenses y europeos han difundido decenas de artículos y encuestas sobre Siria, que evocan temas que ellos habían estado silenciando durante más de un año. Las imágenes de las atrocidades cometidas por los rebeldes han sido publicadas y fotos sobre las decapitaciones, el canibalismo y otros actos bárbaros perpetrados por los pseudo-revolucionarios han hecho su aparición. Esta toma de conciencia mediática coincide con las amenazas de agresión militar contra Siria lanzadas por el presidente Barack Obama.


Este cambio de tono se ve, sobre todo, ilustrado por la severa crítica contra Obama realizada en Fox News por la célebre juez Jeanine Pirro el pasado 12 de Septiembre. Esta cadena de televisión, de tendencia conservadora, ha llevado a cabo una campaña política en contra de la decisión de la Administración Obama de atacar Siria. Su conclusión fue que Obama quiere lanzarse a una nueva aventura militar al servicio de Al Qaida, que combate al estado sirio.

Los hechos han dado la razón. Al Qaida lanzó hace más de una semana un ataque general para tomar el control del norte de Siria después de haber extendido su hegemonía a grandes porciones de Deir Ezzor, Hassaké y Raqqa.

Al mismo tiempo, el primer vicedirector del Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB), Serguei Smirnov, declaró que entre 300 y 400 mercenarios rusos combaten en Siria en las filas de los extremistas. Estos mercenarios “acabarán por volver. Esto representa, naturalmente, un gran peligro”, indicó.


El miércoles pasado, el ministro francés del Interior, Manuel Valls, afirmó que 130 franceses combaten en Siria en las filas de los extremistas sirios, subrayando que su retorno a Francia era una fuente de inquietud en razón del peligro potencial que podían representar.

Este cambio de actitud de los medios occidentales es debido, en primer lugar, al fracaso de la guerra llevada a cabo contra el estado sirio desde hace dos años y medio por los gobiernos occidentales, las petromonarquías retrógradas del Golfo y Turquía. Además, todos los sondeos realizados en EEUU, Francia, Alemania y el Reino Unido han mostrado el rechazo de las opiniones públicas a una guerra contra Siria. En el Reino Unido, el Parlamento ha respondido a la voluntad popular prohibiendo al primer ministro, David Cameron, participar en toda agresión contra Damasco.

El rechazo popular a una nueva guerra se explica por las derrotas de EEUU y sus aliados en Iraq, en Afganistán y en la Franja de Gaza y en las tres guerras israelíes contra el Líbano en 1993, 1996 y 2000. Estos conflictos han tenido graves repercusiones para las economías occidentales y han dejado profundas huellas en la memoria colectiva de los pueblos.


La resistencia del estado sirio frente a la guerra internacional lanzada contra él, la caída de los Hermanos Musulmanes en Egipto y el debilitamiento de la posición de Turquía han reforzado a la opinión pública en su opción antibélica.

La mayor parte de artículos y encuestas publicados en medios occidentales dan una imagen próxima a la realidad de lo que pasa en Siria: un estado dispuesto a proceder a reformas serias que está en guerra con bandas de mercenarios extremistas, en su mayoría miembros de Al Qaida. Las fachadas “democráticas” instaladas por Occidente y sus marionetas en el mundo árabe se han hundido para dejar ver el verdadero rostro de la rebelión: los grupos takfiris, criminales, asesinos de niños, violadores de mujeres y caníbales. He aquí los individuos que son reclutados, entrenados, armados, financiados y alimentados por las ilustres democracias saudí y qatarí.

Durante sus recientes apariciones ante los medios occidentales, el presidente sirio ha logrado romper el muro de silencio y ha mostrado a la opinión pública la verdadera imagen de lo que pasa en su país. Sus argumentos, su buen sentido, su lógica, basada en hechos, pruebas y cifras, han logrado convencer a muchas personas, ya sean ciudadanos ordinarios o miembros de las élites intelectuales y políticas honestas.

Ciertamente, la opinión pública occidental no se ha vuelto pro-régimen, pero ella ha captado la realidad de lo que pasa en Siria. Una verdad que la gigantesca máquina mediática corporativa, controlada por los gobiernos estadounidense, europeos y de los países del Golfo, ha intentado ocultar desde hace dos años y medio.

Tras haber ganado la batalla política y diplomática, con la ayuda de su aliado ruso, y tomado la delantera en el terreno militar, con el apoyo de Hezbolá e Irán, Siria está ahora ganando la batalla de la comunicación.

El otro factor dominante en el cambio de actitud de la opinión occidental es la postura del Vaticano. La Santa Sede es rotundamente hostil a toda agresión militar contra Siria. Su posición se deriva de su preocupación por defender la causa de los cristianos de Oriente, cuya existencia está hoy amenazada por los grupos takfiris que intentan destruir al último estado laico de Oriente, que garantiza la libertad religiosa de todos sus ciudadanos.

La jornada de plegarias por Siria, convocada por el Vaticano el pasado 7 de Septiembre, ha llegado a millones de fieles en las iglesias del mundo entero, incluidas las de EEUU.

Ghaleb Kandil – Tendances d´Orient

Source: Sitios Web

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