Expresándose la pasada semana delante de miembros de la Asociación de la Flota de Superficie, el almirante Samuel Locklear, que dirige el Mando de las Fuerzas Armadas de EEUU en el Pacífico, señaló que “la dominación histórica” de EEUU está reduciéndose.
Para Locklear, la principal amenaza para EEUU es el crecimiento de la potencia militar china. Este reconocimiento de la pérdida progresiva de la supremacía militar estadounidense en la zona de Asia y el Pacífico, que la Administración norteamericana considera como prioritaria para sus intereses debido al desplazamiento de la economía mundial hacia dicha región, es una señal importante.
La supremacía tecnológica de EEUU, que permanece por el momento incontestable, no basta para decir que las fuerzas militares estadounidenses son más fuertes que las fuerzas armadas chinas, más numerosas y que cuentan con la ventaja de la cercanía de sus bases a la región en cuestión. El almirante Locklear exhortó a buscar nuevos enfoques para invertir las tendencias negativas para EEUU en el equilibrio de fuerzas en Asia y el Pacífico y pidió el desarrollo de nuevas armas, especialmente la nueva generación de misiles de crucero. La potencia militar china ha alcanzado, sin embargo, tal nivel que es difícil para EEUU mantener un nivel de disuasión frente a China.
En el contexto de las restricciones presupuestarias severas que sufre el Ejército estadounidense y el declive económico y social de EEUU, los norteamericanos van, más pronto o más tarde, a hacer frente a una situación en la que la mayor parte de sus fuerzas estarán concentradas en la zona de Asia y el Pacífico, del mismo modo que durante la Guerra Fría ellas estuvieron concentradas en la región del Atlántico Norte. El aumento del número de hombres, aviones y buques estadounidenses en Asia y el Pacífico parece, pues, inevitable. Este aumento de fuerzas en el Pacífico sólo puede llevarse a cabo, sin embargo, gracias a la reducción de la presencia militar norteamericana en otras partes del mundo.
EEUU tendrá, pues, más dificultades para llevar a cabo intervenciones militares contra otros países, especialmente en Oriente Medio, África u otras zonas. Cabe señalar también que todos los aliados de EEUU en Europa que son capaces de apoyar las operaciones militares estadounidenses en otros países hacen frente a problemas similares. A partir de un cierto momento, la entrega de armas modernas podría convertirse en la única herramienta a disposición del gobierno de EEUU para influenciar la situación en otras partes del mundo.
En el futuro también, la emergencia de nuevas tecnologías como misiles de crucero hipersónicos capaces de destruir los grandes portaaviones llevará a las grandes potencias navales a revisar al composición de sus flotas y debilitará el dominio naval de EEUU en el Pacífico y en especial en las cercanías del continente asiático.
Source: Agencias
Para Locklear, la principal amenaza para EEUU es el crecimiento de la potencia militar china. Este reconocimiento de la pérdida progresiva de la supremacía militar estadounidense en la zona de Asia y el Pacífico, que la Administración norteamericana considera como prioritaria para sus intereses debido al desplazamiento de la economía mundial hacia dicha región, es una señal importante.
La supremacía tecnológica de EEUU, que permanece por el momento incontestable, no basta para decir que las fuerzas militares estadounidenses son más fuertes que las fuerzas armadas chinas, más numerosas y que cuentan con la ventaja de la cercanía de sus bases a la región en cuestión. El almirante Locklear exhortó a buscar nuevos enfoques para invertir las tendencias negativas para EEUU en el equilibrio de fuerzas en Asia y el Pacífico y pidió el desarrollo de nuevas armas, especialmente la nueva generación de misiles de crucero. La potencia militar china ha alcanzado, sin embargo, tal nivel que es difícil para EEUU mantener un nivel de disuasión frente a China.
En el contexto de las restricciones presupuestarias severas que sufre el Ejército estadounidense y el declive económico y social de EEUU, los norteamericanos van, más pronto o más tarde, a hacer frente a una situación en la que la mayor parte de sus fuerzas estarán concentradas en la zona de Asia y el Pacífico, del mismo modo que durante la Guerra Fría ellas estuvieron concentradas en la región del Atlántico Norte. El aumento del número de hombres, aviones y buques estadounidenses en Asia y el Pacífico parece, pues, inevitable. Este aumento de fuerzas en el Pacífico sólo puede llevarse a cabo, sin embargo, gracias a la reducción de la presencia militar norteamericana en otras partes del mundo.
EEUU tendrá, pues, más dificultades para llevar a cabo intervenciones militares contra otros países, especialmente en Oriente Medio, África u otras zonas. Cabe señalar también que todos los aliados de EEUU en Europa que son capaces de apoyar las operaciones militares estadounidenses en otros países hacen frente a problemas similares. A partir de un cierto momento, la entrega de armas modernas podría convertirse en la única herramienta a disposición del gobierno de EEUU para influenciar la situación en otras partes del mundo.
En el futuro también, la emergencia de nuevas tecnologías como misiles de crucero hipersónicos capaces de destruir los grandes portaaviones llevará a las grandes potencias navales a revisar al composición de sus flotas y debilitará el dominio naval de EEUU en el Pacífico y en especial en las cercanías del continente asiático.
Source: Agencias
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