El Líbano parece haber sido el primer país en pagar la confusión de las monarquías petrolíferas por los últimos acontecimientos relativos a la resolución de la crisis sobre las armas químicas en Siria y el acercamiento entre Irán y EEUU.
Arabia Saudí ha anulado de manera poco protocolaria y bastante desdeñosa una visita del presidente Michel Suleimán prevista para este mes a Riad. Poco después, los Emiratos Árabes Unidos anunciaron también la anulación de la visita del presidente libanés a Abu Dhabi.
Fuentes políticas han estimado que la decisión de Riad constituye una humillación para el Líbano y muestra el poco interés que Arabia Saudí tiene con respecto a la situación libanesa.
Según fuentes bien informadas, la anulación de la visita de Suleimán sería debida a que los líderes saudíes han sido cogidos por sorpresa por la aproximación entre Irán y EEUU y no saben como reaccionar, especialmente en lo que respecta al dossier sobre el gobierno libanés. Éste era precisamente el principal asunto en el orden del día de los encuentros previstos de los responsables saudíes con Suleimán.
Arabia Saudí posee una influencia en el Líbano a través de la Corriente del Futuro, liderada por Saad Hariri, que está bajo el control de los saudíes. El régimen saudí ha intentado excluir del gobierno libanés a Hezbolá o aprobar al menos una formula de 8-8-8 (ocho para la coalición del 14 de Marzo, donde está la Corriente del Futuro; 8 para la coalición del 8 de Marzo, donde está Hezbolá; y 8 para los así llamados “centristas”, entre los que se incluye al propio Suleimán y el líder druso Walid Yumblatt). Esto privaría a la Coalición del 8 de Marzo de tener un veto sobre las decisiones del gobierno, que se fija en un número superior al tercio.
Sin embargo, esta fórmula ha fracasado por el rechazo tanto de los miembros del 8 de Marzo como de Yumblatt, que posee en la actualidad la llave de las mayorías en el Parlamento. De este modo, ha comenzado a perfilarse una nueva fórmula de 9-9-6 para los respectivos grupos de poder en el Líbano. No obstante, los saudíes no se han pronunciado aún acerca de este tema.
Así pues, los cambios en el escenario regional están teniendo su reflejo en el Líbano y en particular en el tema gubernamental. Mientras que Suleimán afirmó en una entrevista al periódico Le Figaro hace dos semanas que la formación del gobierno en base a la fórmula 8-8-8 era cuestión de días, las cartas cambiaron drásticamente cuando Yumblatt enterró esta fórmula afirmando que él se adhería a la del 9-9-6.
Esto supuso un cambio radical en el paisaje político y en el equilibrio de fuerzas locales. El paisaje político en unas pocas semanas ha pasado de un gobierno sin Hezbolá a un gobierno probable en el que este partido y sus aliados dispondrán del tercio de bloqueo (o garantía).
Source: Sitios Web
Arabia Saudí ha anulado de manera poco protocolaria y bastante desdeñosa una visita del presidente Michel Suleimán prevista para este mes a Riad. Poco después, los Emiratos Árabes Unidos anunciaron también la anulación de la visita del presidente libanés a Abu Dhabi.
Fuentes políticas han estimado que la decisión de Riad constituye una humillación para el Líbano y muestra el poco interés que Arabia Saudí tiene con respecto a la situación libanesa.
Según fuentes bien informadas, la anulación de la visita de Suleimán sería debida a que los líderes saudíes han sido cogidos por sorpresa por la aproximación entre Irán y EEUU y no saben como reaccionar, especialmente en lo que respecta al dossier sobre el gobierno libanés. Éste era precisamente el principal asunto en el orden del día de los encuentros previstos de los responsables saudíes con Suleimán.
Arabia Saudí posee una influencia en el Líbano a través de la Corriente del Futuro, liderada por Saad Hariri, que está bajo el control de los saudíes. El régimen saudí ha intentado excluir del gobierno libanés a Hezbolá o aprobar al menos una formula de 8-8-8 (ocho para la coalición del 14 de Marzo, donde está la Corriente del Futuro; 8 para la coalición del 8 de Marzo, donde está Hezbolá; y 8 para los así llamados “centristas”, entre los que se incluye al propio Suleimán y el líder druso Walid Yumblatt). Esto privaría a la Coalición del 8 de Marzo de tener un veto sobre las decisiones del gobierno, que se fija en un número superior al tercio.
Sin embargo, esta fórmula ha fracasado por el rechazo tanto de los miembros del 8 de Marzo como de Yumblatt, que posee en la actualidad la llave de las mayorías en el Parlamento. De este modo, ha comenzado a perfilarse una nueva fórmula de 9-9-6 para los respectivos grupos de poder en el Líbano. No obstante, los saudíes no se han pronunciado aún acerca de este tema.
Así pues, los cambios en el escenario regional están teniendo su reflejo en el Líbano y en particular en el tema gubernamental. Mientras que Suleimán afirmó en una entrevista al periódico Le Figaro hace dos semanas que la formación del gobierno en base a la fórmula 8-8-8 era cuestión de días, las cartas cambiaron drásticamente cuando Yumblatt enterró esta fórmula afirmando que él se adhería a la del 9-9-6.
Esto supuso un cambio radical en el paisaje político y en el equilibrio de fuerzas locales. El paisaje político en unas pocas semanas ha pasado de un gobierno sin Hezbolá a un gobierno probable en el que este partido y sus aliados dispondrán del tercio de bloqueo (o garantía).
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