Los terroristas escogieron una calle comercial de mucho tránsito para aparcar el coche bomba, a escasos metros de una gasolinera, seguramente para causar el máximo daño posible.
“El vehículo de la muerte”, un coche tipo (Grand Cherokee) aparcado en el cruce de Muraiye-Maamoura, levantó sospechas de algunos residentes en la zona, que se apresuraron a avisar a las fuerzas del ejército desplegadas cerca del lugar. Al inspeccionar el coche se percató de un aparato de teléfono móvil conectado a unos cables, lo que confirmó las sospechas. Acto seguido, las unidades del ejército procedieron a bloquear las calles adyacentes, cortaron el tráfico y evacuaron toda la zona de los ciudadanos civiles.
Minutos después, los expertos del ejército desactivaron la bomba y remolcaron el vehículo a un lugar seguro.
Fuentes del ejército aseguraron que “el coche contenía más de cien kilos de un explosivo potente”. “El barrio se salvó de una horrible matanza”, añadieron.
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